La minuta del almuerzo estaba marcada en el calendario de las Salidas de los Amanes de la Naturaleza /Entrenos 2025 con vista en la Javierada: Huevo Frito Solidario con Luces por Etiopía, la inspiradora acción de Entarachen Bosco global que lleva vida y esperanza al corazón del país africano con el auxilio y las oportunidades para niños, niñas y mujeres en sus centros de Mekanissa y Zway. El manjar, tan español él, se aprecia más cuando, como es el caso, el cocinero sabe sacarle las puntillas, y las de esta mañana llevaban la segunda aspiración del peregrino (la primera fue el domingo anterior, la Humildad): la Generosidad.
Este domingo 26 de enero ha arrancado alegre en el Colegio Salesiano al congregar nada menos que a 240 peregrinos a los que concitaba una causa, el entrenamiento para la Javierada 2025, y muchos estímulos. Recorrer los Siete Lugares tiene tantos atractivos que es el mejor reconstituyente contra la fatiga de 25 kilómetros a buen ritmo. Saber que en Banariés, que es además de pueblo "meta volante" de la Marcha Aspace y de estos entrenos, esperaban dos suculentos huevos fritos con trufa de Bentué y de postre trenza, anima a la expectativa de la jornada. Si, además, se nutre de una compañía agradable con una misión, miel sobre hojuelas.
Así que a las 9:30 horas han arrancado desde el colegio los andarines de todas las edades, con muchas caras jóvenes, sonrisa todos en ristre, y con el buen ritmo que da la alegría y el propósito que marcan las enseñanzas de Don Bosco, han ido completando etapas. Yéqueda en una tirada larga desde la capital, Banastás, Chimillas con parada para almorzar, Alerre, Huerrios y Banariés.
Don José Iriarte, institución salesiana en Huesca, ha oficiado la Santa Misa y en la iglesia ha dirigido unas palabras a los presentes Teresa López Aznárez, alma de Luces por Etiopía, para agradecer a todos su dadivosidad y profundizar brevemente en las consecuencias que cada euro de los peregrinos tendrá en la supervivencia y la educación de la infancia en Mekanissa, en la capital etíope, y en las esperanzas de futuro de mujeres a las que se enseña oficio y las herramientas para la compleja subsistencia en el corazón de África.
Reconfortado el espíritu por la consciencia de la buena labor a la que estaba contribuyendo cada uno de ellos, la solidaridad con gafas de ver lejos frente a la miopía que se ampara en la comodidad, han salido todos del templo con alegría a degustar los huevos fritos con dosis magnánima de tuber melanosporum con panceta y una buena rebanada de pan de pueblo, el preludio de la trenza para ingerir unos azúcares y reemprender el camino de retorno, Cuarte mediante, al origen de Huesca. Y ahí, con la satisfacción del deber -bien- cumplido, a despedirse con cita inminente, en una semana: por los Fiordos de Montearagón, con la Tenacidad como guía, durante 31 kilómetros. Felicidades, caminantes.