José Antonio Satué en las XVII Jornadas de Solidaridad: "La caridad es creativa, sin ella no existe Iglesia"

El obispo de Teruel y Albarracín abre esta edición con un recuerdo inspirador de Javier Osés y la proclamación de la necesidad de la esperanza "que no defrauda"

11 de Marzo de 2025
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José Antonio Satué abre las Jornadas de Solidaridad de Caritas Huesca

Las XVII Jornadas de Solidaridad de Cáritas Diocesana han arrancado con un encuentro en la Diputación al que ha acudido presto José Antonio Satué, obispo de Teruel-Albarracín, quien ha asegurado que "la esperanza no defrauda", que no se entiende la caridad sin la iglesia ni la iglesia sin la caridad y que la caridad es profundamente "creativa". El salón de actos ofrecía un magnífico aspecto para seguir esta apertura enmarcada en el año del Jubileo. En el final, un recuerdo a Javier Osés y su modelo inspirador.

Isabel Ramos, secretaria general de Cáritas Diocesana en Huesca, ha abierto la XVII Jornadas de Solidaridad, recordando el 60 aniversario que es oportunidad propicia para "hacer memoria de cómo ha sido este camino y qué esperanzas nos ha enseñado estos años, y qué hemos aprendido para seguir avanzando otros tantos o más".

Fernando Altemir, representante del Obispado en Cáritas Diocesana, ha tenido, tras agradecer la presencia de la "gran familia" de Cáritas, la satisfacción de presentar a José Antonio Satué, algo "muy grato y muy fácil" por la cantidad de vida compartida desde los tiempos del Seminario. Tras recorrer su ejecutoria que le permite conocer la realidad diocesana y la de Cáritas, ha asegurado que la inmensa mayoría de los presentes le conocen.

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El obispo de Teruel y Albarracín ha afirmado que en Huesca ha hecho de casi todo menos trabajar directamente en Cáritas Diocesana, lo que constituyó uno de sus deseos para una vuelta que no se ha producido, "por el contacto con los voluntarios y la gente necesidad que he podido vivir no sólo como una gracia o un regalo, sino también como una necesidad".

Ha articulado su alocución en tres partes en torno a la esperanza, como el Papa ha querido para este Año Jubilar 2025, "con esa intuición que tiene el Papa de detectar no solamente las cosas más evidentes, sino aquellas otras que están en el fondo de los problemas que tenemos. El Papa, una vez más, ha sabido sintonizar con la sociedad, no sólo la europea, sino con el mundo entero".

Ha vuelto a parafrasear al pontífice al asegurar que "la desesperanza es una emergencia social. Sabemos muchas personas, incluso jóvenes que parece que deberían comerse el mundo, que, sin embargo, tienen un gran déficit de esperanza". Ha aludido al ambiente y la realidad que vivimos, "nuestra vida se ve sacudida por acontecimientos que nos roban la esperanza: guerras crueles e interminables, crispación y polarización social, corrupción en tantos ámbitos de la sociedad, incoherencias a veces graves en la vida de los cristianos, falta de responsabilidad en mucha gente en el cumplimiento de sus compromisos familiares, laborales, sociales, fracasos personales que no acabamos de superar".

Ha aludido al filósofo coreano Byung-Chul Han, que está hablando de la sociedad del cansancio, y también del "espíritu de la esperanza". "No solamente es un tema bonito que responde a una necesidad". Al celebrar estos 60 años de Cáritas, puede "aportar mucho en esta situación de cansancio social y de desesperanza. Ante este panorama a veces sombrío, podemos desviar la mirada, intentar no pensar, caer en el desaliento, olvidarnos de todo y disfrutar lo que podamos. Pero también podemos reconocer, sobre todo los que tenemos fe, en la realidad que vivimos la presencia y llamada de un Dios bueno que quiere amarnos, salvarnos y también amar y salvar al mundo con nuestra colaboración".

UN CAMINO FRUCTÍFERO

El obispo de Teruel y Albarracín ha remontado los precedentes de Cáritas al siglo I con la predicación de Santiago, al III con San Lorenzo y su acción de redistribución de los bienes de la Iglesia, al IV con el primer grupo organizado y al VI en que se habilita la primera sede episcopal. "Donde hay Iglesia, hay caridad, hay Cáritas, y no no hay caridad no hay iglesia. Ha citado al mártir Justino y la actividad caritativa unida a Eucaristía (con la entrega de las ofrendas al obispo para que los repartiera a los necesitados) y a Benedicto XVI y su admiración por el diácono Lorenzo, que urgido por las autoridades civiles tuvo tiempo para recoger los tesoros. Cuando se los pidieron, presentó "a los pobres como el verdadero tesoro. San Lorenzo es el gran exponente de la caridad eclesial".

También ha recurrido al verbo del Papa Francisco, que quiere "una iglesia pobre para los pobres. En la medida en que sea iglesia de los pobres, tendrá sentido".

Ha enumerado la cronología virtuosa de Cáritas de Huesca, erigida bajo el episcopado de Lino Rodríguez el 29 de septiembre de 1964. Llegó pronto a los 491 socios, recaudó 173.000 euros y gastó 129.000. Fueron beneficiarias familias de aquí y venidas de otros países "para mirar el futuro con esperanza.

Isabel Ramos y José Antonio Satué
Isabel Ramos y José Antonio Satué

En 1968, se realizaron ya campañas para ayudar a Biafra, Perú, Afganistán o Guatemala, entre otros países en dificultad. En 1969, se crearon las ayudas a los transeúntes, "es la creatividad de la carifdad respondiendo a las necesidades de cada momento".

La acción cogía ritmo. En 1969, se introdujo la línea de apoyo al acceso a la vivienda con préstamos sin intereses, en 1972 las aportaciones a sociedades sociocaritativas, en 1973 se organizaron colectas para Cáritas un domingo al mes, en 1974 el fondo interparroquial y posteriormente la solidaridad conra el paro, antes de que se aprobara el subsidio de desempleo.

Paulatinamente se iba modernizando y adecuando a las necesidades: acción directa de ayudas existenciales, inserción laboral y empleo, ayudas con el concepto de acogida y escucha para buscar soluciones, atención más abierta y completa a las personas, un espíritu asistencial y, en 1993, programas de acción social, animación comunitaria y campañas de sensibilización. En 1994 se emprendió el reciclaje de muebles y la recogida, contratando a 14 transeúntes que incluía un acuerdo con el refugio municipal para que no volvieran a la calle.

Los últimos hitos han sido el taller A Todo Trapo con 15 mujeres al año, las tiendas Trobada en Huesca y Sariñena, y el piso para transeúntes, "el milagro de personas que vivían en la calle y tienen una vida normalizada y que acaban convertidos en voluntarios". El Fogaril para recoger a personas sin hogar, el Proyecto Hombre Inmigrante, la Despensa Solidaria San Francisco Javier, Carsinsertas Emplea, y la ampliación del proyecto a Almudévar y Monegros entre 2021-23, que en 2024 alcanza Lanaja. La constatación, ha agregado Satué, de "la creatividad de la caridad".

SIGNOS DE ESPERANZA

En uno de los apartados de su exposición, ha tratado de los signos de esperanza que requieren en primer lugar la consciencia de la realidad para ver que "hay una relación clara entre la esperanza y la entrega. Se fortalece cuando nos dejamos tocar por la generosidad de seres expectionales".

Cuando las ideas y las ideologías nos separan de la realidad, "no nos hacen bien", por lo que el Papa Francisco afirma que es necesario "poner atención a todo lo bueno que hay en el mundo para no caer en la tentación de considerarnos superados por el mal y la violencia". Martín Descalzo afirmaba hace muchas décadas que "estamos en un mundo super informado que informa de todo menos de lo fundamental. Hénos aquí en un tiempo en el que nunca sabremos si las personas aman, esperan, trabajan y construyen, pero en que se nos contará con todo detalle el día en que un hombre muerda a un perro. Presiento que aquí están las claves de la amargura del hombre. Sólo vemos el mal".

Para ver signos de esperanza, ha agregado, hay que "afrontar la realidad del sufrimiento y la solidaridad con los que sufren". En Spe Salvi, Benedicto XVI asegura que, "para espabilar la experanza, no podemos esquivar el sufrimiento propio ni el de otras personas". "Cuando los hombres quieren ahorrar la fatiga y el dolor de la verdad, del amor y del bien caen en una vida vacía en la que quizás no existe el dolor, pero en la que la oscura sensación de la falta de sentido y de la soledad es mucho mayor. Lo que cura al hombre no es esquivar del sufrimiento y huir ante el dolor, sino la capacidad de aceptar la tribuación, madurar en ella y encontrar un sentido mediante la unión en Cristo que ha sufrido con amor infinito".

Por eso el Papa Francisco nos invita, con el modelo de los mártires, "a acercarnos a los pobres".

También se ha referido a "la esperanza cristiana", que viene de que "creemos en las promesas de Dios. Dios promete y cumple. A veces no como querríamos nosotros, pero ciertamente siempre está ahí. La esperanza cristiana tiene su fuente en la fe. Dice el Papa: yo espero y tengo esperanza porque Dios camina conmigo. Camina y me lleva de la mano. Es verdad que no me lo soluciona todo, pero me ayuda en todo. Dios no nos deja solos y el Señor Jesús ha vencido al mal y nos ha abierto el camino de la vida. Los cristianos no solamente creemos que Dios existe, creemos que Dios actúa, que ve, escucha, se conmueve y se compromete".

Ha agregado que la esperanza cristiana ha de ser "interior porque nace dentro del corazón", comprometida porque no ofrece excusa para no implicarlos sino que invita a ser responsables, encarnada sin caer en un optimismo ingenuo porque hay que advertir las limitaciones propias y no incurrir sólo en la buena voluntad, y comunitaria porque "es bueno que una persona haga cosas buenas, pero cuando es una comunidad aumentan las posibilidades de hacer el bien", todo un reto para las parroquias.

TRES TESTIMONIOS

María Victoria Burgos, de Cáritas de Lanaja, ha recordado su camino desde los años 90, "cuando recibí un regalo de Dios: unas personas de la comunidad me abrió las puertas para colaborar en Conques", que ya cuenta con 55 años de experiencia. ""Allí viví que es la comunidad la que engloba, transmite, acompaña, anima y perdura en la acción voluntaria".

Ha leído varios testimonios de voluntarios de Lanaja. "Ser voluntario y en equipo es un don que recibimos. Llegar a Monegros y tener la oportunidad de trabajar y vivir así, un gran regalo. Como aprendí hace muchos años en mis tareas profesionales, serás un pronóstico feliz para el afligido, y serás una esperanza de que todo se arreglará cuando estés con una persona que sus dificultades serán solucionadas", decía uno. "He aprendido de esta virtud de la esperanza a superar la inmediatez y entender mis frustraciones que son muchas. Que la voluntad de Dios lleva su tiempo, y a veces no es la que esperaba, que es la mejor. Cáritas me ha enseñado a ofrecerme al hermano, pero también, en mayor medida me ha devuelto con creces esa sensación de sentirme fuerte y valiosa, sobre todo cuando otra mano desconocida me acoge con cariño".

Rolando Pineda, trabajador de Carinsertas, lleva seis años en España, que alcanzó sin rumbo, esperanza ni fuerza. "La esperanza ha sido muy fundamental, porque tengo mucha fe y esperanza". Un buen día, pasó por Trobada Empleo, donde le dieron un número y le dieron cita. "Al acudir a Cáritas, fue un camino a la esperanza porque me sentí abrigado, tuve una salida a la incertidumbre y no saber qué hacer". Una trabajadora social le incitó "a dar lo mejor de mí. Dije: voy para adelante. Algo va a salir, con fe y con esperanza, pidiéndole al de arriba, como digo yo, a Dios". Ha remembrado sus primeros tiempos de Restaura, "quise demostrar con hecho lo que sabía, demostrar mis habilidades y conocí a gente para iniciar una nueva etapa". Ha invitado a ser positivo y optimista para tener "nuevas posibilidades en el futuro".

El último testimonio ha sido de una "vieja rockera", la trabajadora social Mamen Almudévar, que ha afirmado que el acompañamiento es desde la "cercanía, escucha y creer en la persona que tienes enfrente o al lado. Esa esperanza se manifiesta". Son cuarenta años de experiencia en los que ha convertido muchos momentos de angustia en serenidad, y "eso es un momento de esperanza". "Ir viendo cómo las personas vamos cogiendo esperanza y se van empoderando es otro modelo de esperanza. Las personas no tiran la toalla, se levantan todos los días, vienen al taller, participan, siguen adelante".

Recordaba sus inicios con el reto de hacer un programa de infancia en el Perpetuo Socorro, ya tenía abonada su cercanía a los pobres. Ha recalcado su suerte de participar en "el Movimiento Junior de Acción Católica" que comenzó con un campamento en Canfranc que le dejó impresionada. "Me hablaron de Jesús de Nazaret. Vivencié un modelo de fe individual y comunitaria que me ayudó a profundizar en una iglesia donde el centro somos las personas. Dios se refleja en las personas, en el amor. Yo conocí a un Dios que me quería, me ayudaba, me sostenía y, desde Jesús de Nazaret, su opción era por los más pobres". Fue el cimiento para empezar a trabajar en Cáritas, una gran oportunidad para acompañar a las familias.

EL RECUERDO A OSÉS

Ha cerrado la sesión, antes de las preguntas y reflexiones, José Antonio Satué, recordando a dos grandes referencias suyas. Manuel Tisaire: "A veces, es momento de construir y hacer cosas bonitas, pero otros momentos lo que podemos hacer es el bien para que el mal no crezca. A veces hay que resistir, hay que seguir siendo buenos, hay que seguir diciento la verdad aunque no esté de moda, hay que seguir optando por los más pequeños aunque parezca que no va a servir. Sirve mucho más de lo que parece".

Otra experiencia importante fue con Javier Osés hablando de la iglesia que se puede aplicar a la sociedad. "Me dijo: Dios no nos ha prometido una iglesia perfecta, pero nos ha asegurado que ningún esfuerzo que hagamos en su favor caerá en saco roto". Y ha desarrollado la idea: "Dios no nos ha prometido un mundo justo para todas las personas, pero nos ha asegurado que ningún esfuerzo por construir esa realidad, ese sueño de Dios, será baldío. Antes bien, Dios multiplica nuestro trabajo de la manera que quiere, cuando quiere".

"La esperanza no defrauda" aunque el momento sea complicado por la realidad cercana y la geopolítica. "La evangelización no es tanto lo que hacemos, sino lo que somos", aseguraba Javier Osés, "quien encarnaba los valores que la iglesia diocesana y Cáritas queríamos hacer".

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