El historiador y sacerdote José María Nasarre ha pronunciado en el Salón de Actos de la Diputación Provincial la conferencia Desde la Biblia: arte y devoción en la Semana Santa Oscense organizada por la Archicofradía de la Santísima Vera Cruz, con un mensaje que ha calado en el auditorio: "No está suficientemente valorada por los de casa ni lo bastante conocida por los de fuera, y la Semana Santa de Huesca tendría que subir a primera división y ser declarada Fiesta de Interés Nacional".
El profesor ha concentrado buena parte de su exposición en la figura de Martín Coronas poque hace 110 años "contribuyó desde su oscensismo a la procesión de la Semana Santa". Ha realizado una introducción sobre los orígenes de las manifestaciones culturales, religiosas, lúdicas y festivas que mantienen vivos los sentimientos para contagiar a los pueblos, los grupos y los clanes. "La Semana Santa despierta sentimientos religiosos y valores afectivos que se expresan en grupos escultóricos, emblemas y manifestaciones variopintas que inducen a una rica participación de los cofrades y las personas que los contemplan".
Apoyándose en la expresión del Papa Francisco de que "la piedad popular es un tesoro de la Iglesia", ha asegurado que "merece la pena seguir poniendo en valor" el hecho de que laas cofradías "proclaman con elocuencia maravillosa la gran noticia de la redención, gracias a la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo", con una iconografía en cada episodio evangélico.
LA INMENSA PROYECCIÓN DE MARTÍN CORONAS
José María Nasarre ha ido describiendo los hitos de una procesión que desde 1587 salía de los Carmelitas Descalzos en lo que es hoy el patio salesiano en la calle Joaquín Costa, posteriormente su punto de partida sería las Miguelas y finalmente, por decreto del obispo Basilio Gil y Bueno en 1868, el arranque sería el convento de los dominicos (la Iglesia de Santo Domingo y San Martín).
Los pasos son esculpidos por artistas provinciales como Felipe Coscolla, Vallés o Larruy, junto a otros como el Cristo del Perdón de Pedro Nolivos del siglo XVII y Nuestro Padre Jesús Nazareno de Fructuoso Orduna en época posterior (1950). Figuras como Celestino Villa con su parte musical y el arte de Martín Coronas acabaron configurando una "procesión religiosa elegante, digna y discreta, que recoge la tradición de la fe que se vive en los orígenes de la civilización y con la identidad cristiana y cultural". Son las bases de la declaración en 2002 de Fiesta de Interés Turístico Regional.
Además, del "encomiable" labor secular de la Archicofradía que se constata en grandes celebraciones como la propia procesión de Viernes Santo, la Exaltación de la Santa Cruz y Miércoles de Ceniza, ha aseverado que "no es un espectáculo, sino una expresión de fe no para imponer, sino para convivir y proponer. Un patrimonio musical, archivístico y cultural".
El jesuita Martín Coronas Pueyo ha tenido una gran incidencia con su participación en los atuendos de los Personajes o las Sibilas inspiradas en las escenas bíblicas. Ha reconocido el estudio de Fernando Alvira Banzo sobre pintores de la trascendencia del propio jesuita nacido en 1862, de León Abadías y Félix Lafuente, y ha efectuado algunas referencias bibliográficas del primero, que estudió en el Instituto de Enseñanza Secundaria antes de la Escuela Normal (1877-79) para desarrollar su ejercicio en Zaragoza, Veruela, Loyola, Manresa, Gandía y nuevamente Zaragoza, donde falleció con 65 años.
En 1914, perfiló el boceto de los trajes de los personajes del Antiguo Testamento que fueron profetas de lo que acaecería en el Nuevo, y que a partir de ese diseño fueron confeccionados por la casa Jorbá e Hijos de Manresa, proveedores pontificios "y de la Real Casa". La estética era profundamente "historicista" como corresponde al rigor y la realidad histórica. Ha descrito el profesor Nasarre las vestimentas de Melquisedec, David -rey de Israel-, Aarón y su indumentaria sacerdotal símbolo de adoración a Dios, Moisés que porta las tablas de la ley y el bastón de peregrino con haces de luz, Abraham y su hijo Isaac con el cuchillo para sacrificar al vástago en ofrenda finalmente sustituido por un cordero, y el levita.
En 1915, por encargo de la Archicofradía, diseñó los vestidos de las sibilas en grupos de tres (persas, griegas, africanas y romanas) confeccionados por la oscense Matilde Nogués.
Para dimensionar la obra de Martín Coronas, ha enumerado los estandartes de los Misterios del Rosario encargados por el confitero Antonio Vilas en óleo sobre telas y ejecutados entre 1919 y 1923, donde se reflejan, entre otros, la Venida del Señor, la Ascensión a los Cielos y también los dolorosos de la Coronación de Espinas y la Cruz a Cuestas.
Igualmente, los vestidos de los 12 Apóstoles que acompañaron a Jesucristo en la Última Cena y que secundan este mismo paso, y que este año van a ser recuperados para la Procesión del Santo Entierro gracias al voluntariado de los jubilados del Hogar de Personas Mayores Ciudad de Huesca.
Martín Coronas ha legado otras magníficas obras como la Expulsión del Paraíso que firma en la predela del Retablo de la Inmaculada en la Iglesia de la Compañía en Huesca, o el boceto de la Batalla de Alcoraz de 1096 que se conserva en Gandía o los del martirio de Santa Engracia, así como las dos sargas de los santos oscense San Jorge y la Virgen de Nuestra Señora de Salas, San Úrbez, Santos Justo y Pastor y las santas Nunilo y Alodia. En 1996, coincidiendo con el centenario de la obra, fue donada la sarga que figura en el Salón del Justicia del Ayuntamiento frente al cuadro de La Campana de Casado del Alisal con la Batalla de Alcoraz.
LAS SIETE PALABRAS
Llegando a la parte final de su exposición, José María Nasarre ha profundizado en la influencia de aquellos tiempos en la procesión del Santo Entierro con las 7 Palabras, otras tantas cruces que recogen las últimas expresiones del Cristo en el momento definitivo de la Pasión. En la modernidad, son portadas por las mairalesas de la ciudad aunque su origen se remonta al siglo XIX.
"Padres, perdónalos porque no saben lo que hacen" es la primera, "no hay revancha ni condena, sólo acogida". En la segunda, "te digo hoy que estarás conmigo en el paraíso" en la escena con los dos ladrones, hay un mensaje de misericordia, de entregar el corazón a los demás. "Mujer, he ahí a tu hijo" perfila la escena con San Juan y la Virgen. "Dios mío, por qué me has abandonado", con la muerte cerca para entregar la vida al Altísimo. Quinta, "Tengo sed", en el instante del dolor y muerte, el cansancio, el agobio humanos. La sexta, "Todo está consumado", ya todo está decidido para el tránsito. Y, finalmente, "Padre, en tus manos encomiento mi espíritu".
Ha concluido recordando la dimensión que ha tenido la Semana Santa de Huesca para figuras del pensamiento como Ricardo del Arco y Ramón Acín, que además explicitaba que, si Martín Coronas no hubiera ingresado en jesuitas, "habría sido un extraordinario pintor de fama nacional e internacional".
Y ha sentenciado invitando a la Archicofradía de la Santísima Vera Cruz y a las cofradías a mantener la solemnidad y la pulcritud de la expresión de la Pasión, la Muerte y la Resurrección en las procesiones. "Hay que decir que no están suficientemente valoradas por los de casa ni bastante conocidas por los de fuera, y la Semana Santa de Huesca tendría que subir a primera división y ser declarada Fiesta de Interés Nacional".