"Llévatelos a tu p. casa, loca". Es la pintada junto a una colonia urbana de gatos en el Pasaje Lucero de Huesca que ha denunciado una voluntaria alimentadora de la asociación Salvando Huellas, que explica no sólo la hostilidad pasiva sino una agresividad desmesurada de algún vecino que se dedica a desperdigar el pienso y el agua que habilitan en los comederos las personas de la protectora de animales.
No es la única manifestación violenta que padecen. Recientemente, en el Parque Europa, dos individuos con evidentes muestras de ebriedad agredieron a otra alimentadora y tiraron la comida, aunque en este caso no se pudo formular denuncia. En la que consta en la Policía Nacional, la de Pasaje Lucero, recuerda que todos los días pone agua, pienso y comida húmeda en la colonia, un gasto que sufraga de su propio bolsillo y que mensualmente asciende a unos 100 euros.
"Desde hace dos meses, alguien le está tirando la comida al suelo, quedando inservible ya que se mezcla con suciedad del suelo, y puede resultar tóxica para los animales, hecho que ocurre todos los días, al parecer porque a alguien le molesta que ella alimente a los gatos de la zona". La consecuencia es que ha duplicado el coste para la voluntaria hasta el doble, 200 euros. "Nadie se ha enfrentado con ella directamente, pero a sus oídos le ha llegado, a través de terceras personas, que hay vecinos molestos con la colonia vecina". La denunciante asocia esta hostilidad con la pintada "Llévatelos a tu p. casa, loca".
QUEJA AL AYUNTAMIENTO
En la denuncia en la Comisaría de Policía que se producía el 24 de abril, el funcionario refleja la intención de la miembro de Salvando Huellas de "informar de lo ocurrido al Ayuntamiento de Huesca", al estimar que tiene que "tomar medidas para proteger a las colonias felinas".
En un documento remitido al Ayuntamiento dos días después, el 26 de abril, Salvando Huellas esgrime que no ha recibido respuesta ni solución al problema comunicado el 16 de enero en una reunión en el Ayuntamiento el 16 de enero para tratar sobre el programa CES (Captura, Esterilización y Suelta), que el consistorio sufraga para 70 gatos de colonias callejeras.
"Desde hace meses se lleva comunicando al Ayuntamiento sin ningún tipo de respuesta, ni solución, el problema de vandalismo en las colonias felinas de la ciudad, el acoso a alimentadoras y el desperdicio de pienso y comida húmeda que está ocurriendo en dichas colonias, ya que algunas personas se dedican a tirar a los contenedores el alimento que se prepara diariamente para estos gatos, los cuales acaban sin tener alimento para sobrevivir, provocando graves problemas de enfermedades y desnutrición en ellos", explica Salvando Huellas.
Estas colonias están bajo custodia municipal de acuerdo con la nueva Ley de Bienestar Animal aprobada en septiembre pasado. "Queremos expresar nuestro sentimiento de abandono e invisibilidad ante el ayuntamiento, sobre todo por parte de su representante en el ámbito de las colonias felinas, la cual no es capaz ni de contestar a nuestros mensajes, ante la preocupación de la salud mental de una de nuestras alimentadoras, ciudadana de Huesca y del gran problema de desnutrición de los gatos de dicha colonia felina. Pedimos al ayuntamiento que comience a tomar las medidas pertinentes para erradicar este gran problema".
Salvando Huellas asegura que está a la espera de una reunión con el concejal de Medio Ambiente, José Miguel Veintemilla, "para tratar todos estos problemas, plantear nuestras soluciones para acabar de una vez por todas con este tipo de vandalismo que afecta los gatos pertenecientes a las colonias de las calles de Huesca".
El voluntariado de Salvando Huellas "no rebla". Afirma que el Ayuntamiento debería poner iglúes como contenedores para comida y agua, de manera que estén protegidos el animal y el alimento. "Anunciaron que llegarían para toda la ciudad y sólo hay tres. Tendríamos que tomar ejemplo de Zaragoza, donde hay contenedores y carteles de concienciación en toda la ciudad".
La problemática es compleja. Estos voluntarios (la asociación tiene ocho y son cinco socias) tienen en sus casas de acogida cuarenta gatos, a la espera de entregarlas en adopción. "No nos caben más y además sufrimos otro fenómeno y son los dueños de mascotas que los abandonan y nos los dejan en las colonias". Y recuerdan además la labor de los gatos callejeros en el control de las ratas y, consecuentemente, de posibles plagas y enfermedades de estos animales que abundan en la ciudad. "Hay que educar a la gente porque los gatos no son un problema, sino una solución para equilibrar el ecosistema".
Desde Salvando Huellas, una de las dos organizaciones activas en la ciudad junto a Adopciones Patitas, piden un encuentro con el Ayuntamiento para reclamar que se hagan carteles y se sensibilice a los ciudadanos contra el maltrato animal. "No está bien pegarles patadas y tirar la comida que depositamos para alimentarlos. Ahí también se ve el grado de humanidad de las personas", concluye la alimentadora agredida