Lorenzo Torrente Río, presidente de Valentia, ha recogido este lunes el Premio al Voluntario del Año, que concede la Plataforma del Voluntariado, en un acto en el que también se le ha entregado otro galardón a Miguel Escuer, como reconocimiento a la labor altruista que realiza también su empresa, la carnicería que lleva su nombre. La gala, conducida por el periodista Javier Cao, ha tenido como escenario la sede de la Fundación Cruz Blanca y se ha celebrado en el marco del Día del Voluntariado.
Aprovechando la ocasión, se ha "presentado en sociedad" el nuevo superior de la Casa Familiar San Lorenzo de Cruz Blanca, Juan Tomás, y han tomado después la palabra algunas de las autoridades congregadas, como la subdelegada del Gobierno en Huesca, Silvia Salazar, la teniente de alcalde Ana Loriente, el diputado de Asuntos Sociales, Antonio Biescas, la consejera de Cultura de la Comarca de la Hoya, Beatriz Calvo, y el responsable de Voluntariado del Gobierno de Aragón, Carlos Oliván, además del presidente de la Plataforma del Voluntariado de Aragón, Juan Hidalgo, y del coordinador de esta entidad, Giuseppe Bertinelli. También se encontraban entre el público, la vicerrectora del Campus de Huesca, Marta Liesa, y el obispo de las Diócesis de Huesca y Jaca, Julián Ruiz.
Toñi Santos, en nombre del Grupo de Voluntarios del Teléfono Psicosocial, ha recogido el Premio del Voluntariado 2022 de Cruz Blanca, "por el apoyo y escucha a las personas en situación de soledad y duelo durante la pandemia", y se ha procedido a la entrega de los primeros carnés "oficiales" de voluntarios.
A continuación, la vicepresidenta de la Plataforma del Voluntariado, Araceli Cavero, ha procedido a la lectura de un manifiesto, y el secretario, Juan Carrero, ha leído el acta que acreditaba los premios que se han entregado seguidamente.
Primero ha salido Miguel Escuer, quien ha asegurado que este era uno de los momentos más emocionantes de su vida y que le hacía mucha "ilusión" el reconocimiento al ser premiada "la responsabilidad y el compromiso social".
Ha invitado "a todo el mundo" a implicarse en esta labor y ha valorado que hay quien está dedicado a ella las 24 horas, durante todos los días del año. En cualquier caso, ha puntualizado que cada uno debe ayudar "en la medida de sus posibilidades".
Con su habitual sencillez, ha declarado que, aunque es consciente de ser la imagen de Canicería Miguel Escuer, solo no va "a ningún sitio" y ha resaltado la importancia que tiene en sus acciones su familia, encabezada por su compañera, confidente y asesora, su mujer, sus dos hijas y su nieta. "Estas son mis suertes, que alimentan diariamente mi ilusión para todo", e igualmente se refirió a su equipo. "Me demuestran en cada minuto su disponibilidad, su compromiso, entrega y profesionalidad", y sus clientes y amigos, "que hacen posible este sueño hecho realidad de ya 25 años de andadura y con una ilusión casi intacta para seguir".
"Millones de gracias y aquí tenéis a vuestro incondicional", se ha despedido.
A Lorenzo Torrente, "Voluntario del Año", se ha referido la directora de Valentia, Sara Comenge, como "una persona de mente muy abierta, que tiene una gran sensibilidad y un grandísimo sentido de la justicia social".
"Soy la cabeza visible de Valentia -ha dicho él-, pero hay muchas familias que se implican cotidianamente, porque nuestra realidad hace que todos los días tengamos que superar cuestiones que se producen en el Patronato", y ha señalado que recogía también el premio en nombre de otras fundaciones y asociaciones.
Lorenzo Torrente ha observado que aveces hay que pararse a observar la realidad y lo máximo que se puede hacer es implicarse. "Sera altruista, será generoso, pero no hay mejor satisfacción que cuando ves que las cosas que haces son justas y son buenas".
En su caso, según ha relatado, todo ha fluido de manera natural. Es el menor de seis hermanos y la mayor, fallecida este año, nació en 1945, con una discapacidad severa. Sus padres eran "primerizos" y tuvieron que "pelear mucho y plantearse muchas interrogantes", pero, como otras tantas familias, salieron adelante.
Y cómo han cambiado las cosas. Lorenzo Torrente ha puesto el acento en la evolución que ha experimentado el campo de la discapacidad intelectual. "Antes se hablaba de caridad y hoy de derechos, antes había muchas cuestiones que era imposible pensar: cómo íbamos a pensar en centros de empleo, en inserción laboral, en la autonomía de las personas. La vida ha cambiado mucho por granos de arena. Eso es el voluntariado :el grano de arena de cada uno hemos puesto para poder conseguir una sociedad mejor".
Y ha recordado que hay muchas necesidades y muchas cosas que cambiar todavía. "No nos pongamos de lado, encaremos todo eso y hagamos una sociedad más justa".