Una de cada tres adolescentes en España sufre violencia de genero. Si incluimos la violencia sexual, la estadística apunta a una de cada dos. El 29 % de chicas entre 13 y 15 años recibe peticiones para tener sexo por parte de desconocidos en redes sociales. Además, uno de cada cuatro niños o niñas es víctima de bulling, y uno de cada cinco, abuso sexual. La prestigiosa educadora social Marina Marroquí, experta en prevención de violencia de género, ha proporcionado estos datos en Huesca, al tiempo que ha subrayado que "no podemos obviar las violencias que hay en las aulas" y ha reclamado "formación del profesorado".
A través de un monólogo que ha titulado Esto no es amor, Marina Marroquí baja al terreno de juego en el que se mueven los jóvenes y utiliza su lenguaje para situarles en la realidad que están viviendo. El objetivo es que puedan detectar las primeras señales de violencia de género y que tomen conciencia de "cómo la sociedad normaliza" las situaciones de machismo. "Luego nos dicen que somos muy débiles y muy tontas por haber caído", denuncia, y realiza un recorrido crítico por películas de Disney, juguetes, música, programas de televisión y cine. "Al final, a lo mejor no somos tan independientes ni libres como queremos ser", advierte.
La educadora social ha acudido este miércoles a Huesca con la intención, más que de dar respuestas, de generar muchas preguntas en el alumnado, que ha llenado el Auditorio Carlos Saura del Palacio de Congresos. "Yo intento que mis cicatrices sirvan para evitar sus heridas -ha indicado antes de que comenzara la sesión- y creo que tenemos que detectar el maltrato mucho antes de esa hostia que parece que es la línea roja que esta sociedad ha puesto. Una relación de maltrato es una relación en la que vas todo el tiempo de puntillas, evitando que se enfade, en la que te hace sentir culpable de todo. Un maltratador no puede evitar estropear todas las ocasiones especiales, tu cumpleaños, Nochevieja, bodas, bautizos o comuniones, y te tiene que hacer llorar y tiene que hacer que lo pases mal".
"Yo intento que mis cicatrices sirvan para evitar sus heridas"
"Todo el mundo es malo menos él, te aleja de tus aficiones, de tus amistades y tiene celos de cualquiera que se acerque a hablarte", ha agregado, para explicar que hay que utilizar historias del día a día para que los estudiantes puedan identificar estas situaciones "y tener la fuerza de ponerle el nombre, con la gravedad que es, que eso cuesta mucho".
Un estudio realizado recientemente indicaba que uno de cada cinco jóvenes no cree en la existencia de la violencia machista. Marina Marroquí ha reconocido que suele hallar resistencias, sobre todo al principio de su monólogo, que hace dos o tres años no se encontraba y lo ha achacado a los "discursos de la extrema derecha, que cada vez tienen más voz y están llenando un hueco en personas muy vulnerables, que están encontrando su lugar en las sociedad y se están construyendo como personas. Estas frases hechas y vacías con respuestas fáciles tienen una acogida muy, muy grande a estas edades. Tenemos que ser conscientes de que educar en mentalidad crítica es el único antídoto real para que estas ideologías tan dañinas que no puedan afectarles".
Marina Marroquí se lamenta de que su generación no ha podido ser la que acabe con la violencia de género y sexual, aunque "ha habido un instante en el que casi lo hemos tocado con los dedos", pero estima que hay que trabajar con los jóvenes para que sean "agentes de cambio".
FORMACIÓN
Y la educadora social tiene claro que la formación es clave para erradicar estas violencias, por eso exige una asignatura de igualdad y otra educación sexual, porque, como ha recalcado, esto "no debe depender de la sensibilidad que tenga el profesor o la profesora, debería ser una formación que ya saliera de los estudios universitarios". Sin embargo, s u percepción es que "hoy en día las universidades están muy flojas en formar en materia de violencia a todos los agentes que van a estar en contacto con con víctimas".
SOLO SÍ ES SÍ
Respecto a la polémica ley conocida popularmente como Solo sí es sí, Marroquí considera que la nueva normativa pone a la víctima y su credibilidad "en el centro" y, en su opinión, "eso es un gran avance".
Ha observado, que ahora se están contemplando una serie de delitos "con la gravedad que la víctima sí sufría, pero la sociedad no aceptaba" e incluso que ni se consideraban como tales, y ha apuntado que "hace falta mucha formación en el sistema judicial".
La educadora ha admitido, no obstante, que la reducción de algunas penas "le duele" porque sabe lo que siente una víctima "cuando ve que después de toda la lucha judicial y lo que cuesta llegar a esas condenas, o se ve rebajada, o se ve excarcelado", por lo que ha concluido que "habrá que hacer lo que haga falta para que eso no pase".
MÁS DENUNCIAS
La actividad llevada a cabo por Marina Marroquí ha sido organizada por la Unidad de Violencia de Género de la Subdelegación del Gobierno en Huesca. Se enmarca en Pacto de Estado contra la Violencia de Género, dirigida a alumnado de Bachillerato, ESO y Formación Profesional, y ha reunido en el Palacio de Congresos a 780 estudiantes y 400 más se han conectado vía online. En total, doce centros educativos de la provincia de Huesca.
La subdelegada del Gobierno, Silvia Salazar, ha señalado que la importancia de un acto como éste obedece a que los datos indican que las actitudes machistas están presentes entre los adolescentes y hay saber reconocerlas y prevenirlas.
Ha añadido, que sólo se podrán superar siguiendo el camino de la igualdad y ha valorado la importancia de la educación, a la que se suman otras campañas de sensibilización que se han puesto en marcha.
Actualmente, en el Alto Aragón hay 385 mujeres acogidas al Sistema Viogén -cuatro de ellas en riesgo alto-, destinado al seguimiento y protección de las mujeres víctimas de violencia de género y de sus hijos e hijas, 66 más que el año anterior, unos datos que Salazar ha considerado "malos, malos". Al respecto, la subdelegada ha asegurado que las instituciones están poniendo más dinero "para arropar a las víctimas y protegerlas".
El aumento de casos de violencia machista, en su opinión, se debe a que la mujer sufría antes muchas situaciones de manera personal y ahora lo está manifestando al exterior. "Yo quiero pensar que es así, que están saliendo a la luz, que hay más mujeres que se deciden a denunciar y a intentar poner su vida dentro de la normalidad", y ha declarado que la sociedad debe colaborar para que las actitudes machistas cesen. "El camino es la educación, no hay otro", ha finalizado.