Más de 3.000 personas participaron este domingo en la décima Carrera por la Vida que se celebra en Fraga, organizada por la Asociación Española Contra el Cáncer en el Bajo Cinca. "Había muchas ganas", reconoce su presidenta, Fina Escandil, que este lunes se ha mostrado muy satisfecha por la implicación y generosidad de los vecinos y empresas de la capital bajocinqueña y del resto de los pueblos de la comarca que acuden a esta cita. Se estima que la recaudación superará los 15.000 euros.
A las 11:00 se dio el pistoletazo de salida en el paseo del Cegonyer, ubicado en el corazón de la ciudad y donde precisamente se encuentra la sede de la AECC Bajo Cinca. Antes, ya desde las 10:00 y a pesar del intenso frío, se desarrollaron ejercicios de entretamiento y zumba.
Todos los preparativos previos a esta fecha corren a cargo de la AECC, que organiza esta jornada en colaboración con el Ayuntamiento, pero el día de la carrera cuentan con el apoyo de una empresa dedicada al espectáculo, que ayuda para que todo el engranaje funcione correctamente y se puedan cumplir los horarios.
Este año, explica Fina Escandil, se ha tenido especialmente presente el cáncer infantil, por lo que se pudieron ver en las calles de Fraga a algunos superhéroes como Batman o Supermán. La Asociación Juvenil Junior, por su parte, se ocupó de hacer pintacaras, que dejaron la huella de un corazón en los rostros de los participantes, el mismo que lucía la camiseta diseñada para esta edición.
Y, además, cuatro gigantes se sumaron a esta marea verde, mientras retumbaba la percusión del grupo de batucada Retumbeu.
Se cortaron al tráfico las calles, para que la comitiva cumpliera con el itinerario hasta pasar por debajo del Arco de los valientes y de una fina lluvia de confetis de colores, y se repartió agua y manzanas a la llegada, en el Paseo de la Constitución, por gentileza de una empresa de Huesca y otra local.
El lanzamiento de globos al cielo fue un momento especialmente emotivo por estar cargado de simbolismo. En él participaron, además del alcalde de la localidad, Santiago Burgos, miembros de la Junta de la AECC y niños afectados por esta enfermedad.
El año pasado y para evitar nuevos brotes de covid-19 o favorecer la propagación de esta enfermedad, la actividad se desarrolló con mascarilla, con salidas escalonadas, sin actos a la llegada y, sobre todo, como apunta Fina Escandil, "se echó mucho de menos a gente mayor que habitualmente suele participar".
Por eso, la posibilidad de recuperar la normalidad hizo que la edición celebrada este domingo fuera realmente especial. A Fina Escandil le gustaría que esta iniciativa, que ha cumplido una década en pleno esplendor, sirva para dar visibilidad a la enfermedad y también a la asociación, que realiza numerosas actividades a lo largo de todo el año y presta servicios tan importantes como atención social y psicológica.
Por la tarde, la Junta acudió al partido que disputaba la Unión Deportiva Fraga para realizar el saque de honor. Los jugadores saltaron al terreno de juego luciendo las camisetas de la Marcha por la vida.
"A lo tonto esta ha sido ya la décima edición", ha observado la presidenta echando la vista atrás, muy contenta con la respuesta de los fragatinos, que se implican de todas las edades.