La mutilación genital femenina (MGF) es una de las formas más severas de violencia de género, que afecta a más de 230 millones de mujeres y niñas en todo el mundo. Esta práctica supone una grave vulneración de los derechos humanos, con consecuencias directas sobre la salud física, psicológica y sexual de las supervivientes. En el marco del Día Internacional de Tolerancia Cero con esta forma de violencia, Médicos del Mundo subraya la importancia de las mediadoras interculturales, esenciales para facilitar la comunicación entre las comunidades afectadas y el personal sanitario y social.
La organización trabaja en Aragón desde 2002 para prevenir la MGF, centrando sus esfuerzos en Huesca, Monzón, Barbastro, Binéfar y Fraga, además de Zaragoza y Teruel. En el marco de las actividades por el Día Internacional, ha organizado en la provincia oscense la exposición fotográfica "Mediadoras: la mediación intercultural clave en la lucha contra las violencias de género". Esta muestra podrá visitarse del 29 de enero al 10 de febrero de 2025 en el Centro Público Integrado de Formación Profesional Montearagón (carretera de Sariñena), de lunes a viernes en horario de 8:00 a 21:00 horas. Posteriormente, estará disponible del 11 al 21 de febrero en la Escuela de Arte de Huesca, en la calle Santo Cristo de los Milagros, también de lunes a viernes, de 8:30 a 21:00 horas.
Según Médicos del Mundo, la figura de la mediación es clave para garantizar una atención efectiva y adaptada a las necesidades de las mujeres. “Cuando el personal sanitario sabe cómo dirigirse a ti, explicarte los procedimientos y respetar tus vivencias sin prejuicios ni estereotipos, el cambio es enorme”, afirma María Idoia Ugarte Gurrutxaga, referente política del Grupo Estatal de MGF de la organización. Ugarte recalca que los protocolos existentes no son suficientes sin la formación adecuada del personal, por lo que considera imprescindible que quienes trabajan con estas supervivientes reciban una capacitación específica para contextos multiculturales.
Médicos del Mundo insiste en la necesidad de incorporar mediadoras interculturales al Sistema Nacional de Salud, con el fin de garantizar una atención accesible e inclusiva para las supervivientes. Este modelo de intervención no solo facilita el diálogo y fomenta la confianza, sino que también se ha demostrado como un mecanismo efectivo para impulsar el empoderamiento de las mujeres como agentes de cambio, favoreciendo el abandono definitivo de la MGF.
A lo largo del último año, los equipos de Médicos del Mundo Aragón han atendido a más de 200 personas procedentes de 18 países africanos, entre ellas una gran mayoría de mujeres (90%), debido a la naturaleza de las actividades preventivas que desarrollan, como talleres, cursos e intervenciones de acompañamiento para mujeres supervivientes de MGF. También se han organizado sesiones dirigidas a hombres y adolescentes. Las edades de las personas atendidas oscilan entre los 18 y los 54 años, siendo la franja de 25 a 34 años la más representativa.
Entre las nacionalidades más comunes destacan las personas procedentes de Gambia, Malí, Senegal, Guinea Conakri, Mauritania, Costa de Marfil y Ghana. Por primera vez, ha aumentado el número de mujeres procedentes de Somalia, muchas de ellas derivadas por entidades especializadas en protección internacional, según explica Médicos del Mundo. En 2024, la organización realizó 48 derivaciones a la unidad especializada en MGF del Departamento de Sanidad, una cifra que triplica las derivaciones del año anterior, siempre con el acompañamiento y asesoramiento de las mediadoras interculturales.
Otro aspecto destacado del trabajo de la organización es la formación de 500 profesionales del ámbito sanitario, social y educativo en la prevención de las distintas formas de violencia de género, una herramienta clave para mejorar la respuesta ante situaciones de riesgo. Además, con motivo del Día Internacional, Médicos del Mundo insiste en la necesidad de actualizar el protocolo de actuación frente a la MGF en Aragón. Este documento, publicado en 2012 y pionero en España, requiere, según la ONG, una revisión para adaptarse a la realidad actual y garantizar una respuesta más efectiva.