Monseñor Pérez en Barbastro: "Francisco fue el pastor que se hizo cordero para rescatar el rebaño"

Misa Funeral en la Catedral por el Papa, con la explicación sobre su papel en el retorno de los bienes eclesiásticos como muestra de "la dignidad de nuestra tierra"

27 de Abril de 2025
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El obispo Ángel Pérez en el funeral por el Papa Francisco
El obispo Ángel Pérez en el funeral por el Papa Francisco

Monseñor Ángel Pérez Pueyo ha disfrutado de una cercanía ordinaria y extraordinaria al Papa. Ordinaria por el carácter de Francisco, afable, próximo, alegre, irrenunciable. Extraordinaria porque no resulta sencillo encontrar un pontífice que haya combatido tanto el boato y la distancia. La relación del obispo de Barbastro-Monzón con el sucesor de San Pedro recientemente fallecido ha quedado constatada en las entrelíneas y la atmósfera que ha generado en la Misa Funeral en la Catedral de Barbastro, donde la espiritualidad se ha manifestado a ras de suelo y, desde ahí, se ha elevado aleteando con el impulso de las plegarias. Misericordia en grado integral, enviando el corazón de todos hacia Jorge Mario Bergoglio latiendo santidad.

El prelado barbastrense ha pronunciado, en una Catedral con más de quinientas personas, una emocional y serena homilía en la que ha sostenido que el sello de identidad de Francisco ha sido el de "pastor que se hizo cordero para rescatar el rebaño". Ha remembrado el origen de su pontificado el 19 de marzo de 2013, solemnidad de San José, en que ya regaló como impronta propia "una palabra profundamente inspiradora: custodiar. Es decir, cuidar, velar, guardar, socorrer, proteger, atender a Jesús, a María, a la creación entera y a cada persona, especialmente a la más vulnerable".

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La Diócesis de Barbastro-Monzón, tan humilde y a la vez compleja, ha sentido el aliento del Papa "como un verdadero bálsamo y una caricia de Dios. Él ha sabido ser, también con nosotros, el pastor que se hizo cordero para rescatar al rebaño: siempre atento, cercano, paterno, solícito, libre, noble y fiel, incluso en los momentos más complejos y delicados que hemos vivido en la Diócesis. Así lo demostró cuando le compartimos la profesionalización de la Curia, la reestructuración en ocho unidades pastorales, la incorporación de ochenta laicos como animadores de la comunidad, la apertura del proceso de beatificación diocesano y la defensa del patrimonio artístico como signo de identidad y de dignidad de un pueblo, que nadie puede ni debe usurpar".

Toda esta evolución, esta necesidad hecha virtud, no pasó inadvertida para el papa Francisco, "que no miró nunca hacia otro lado. Afrontó la realidad, por cruda que fuera, con altura y profundidad de miras. Nos animó a caminar juntos, haciendo converger las potencialidades que Dios ha otorgado a cada uno, poniéndolas al servicio común, en un trabajo corresponsable y solidario (sinodal)", ha afirmado en medio de un silencio respetuoso monseñor Ángel Pérez, que ha asegurado que se interesaba personalmente por las pastorales, jurídicas o canónicas, muy singularmente "en lo relativo al patrimonio artístico, tratando siempre de buscar —desde el marco legal— el cauce de comunión más adecuado".

Una iglesia más comprometida, cercana y participativa es el resultado del "impulso sinodal" de Francisco, que mostraba su satisfacción por la implicación de "laicos, consagrados y ministros ordenados en una misma misión compartida. No se trataba de un mero ajuste estructural, sino un verdadero paso adelante hacia una Iglesia en salida, donde el laicado —y especialmente la mujer— ha cobrado un protagonismo renovado".

M;isa Funeral por el Papa Francisco en Barbastro
M;isa Funeral por el Papa Francisco en Barbastro

LA DIGNIDAD DE NUESTRA TIERRA

El Papa Francisco y el obispo Pérez Pueyo han sido testigo y artífice del desatasco del enojoso problema de los bienes de las iglesias altoaragonesas en Cataluña. "El Papa ha sabido también valorar y defender la dignidad de nuestra tierra, cuando, desde ámbitos civiles o incluso eclesiales, se han puesto en cuestión sus raíces, su identidad o su patrimonio. Francisco ha comprendido que el arte sacro, las iglesias, las torres, las criptas, las tallas, los lienzos, las partituras son símbolos vivos de una fe arraigada, de una historia común y de una cultura que da sentido a nuestros pueblos, aunque humildes, envejecidos o dispersos, mantienen su dignidad. En este sentido, su postura ha sido clara: ningún grupo puede apropiarse de la religiosidad popular ni del patrimonio que la sostiene", ha afirmado en la homilía el prelado.

Y una de las identidades de Barbastro han sido respetadas cuidadosamente con el Pontífice hoy añorado y sentido. "Su sensibilidad hacia la memoria de nuestros mártires ha sido otro signo de consuelo y de orientación. La beatificación de los mártires de Barbastro, y la apertura en 2022 de la causa de otros 252 siervos de Dios —sacerdotes, seminaristas, religiosas y laicos— ha consolidado el reconocimiento de esta tierra como tierra de testigos, que ofrecieron su vida por Cristo con valentía y perdón. El Papa siempre entendió que “son la joya de la corona de esta diócesis”, y que teníamos con ellos una deuda de gratitud. Como expresó al obispo en una de sus audiencias, su sangre fecundará, sin duda, las comunidades con nuevas vocaciones, que darán solidez y esperanza al futuro de esta Diócesis de Barbastro-Monzón, milenaria, misionera, mariana y martirial".

La Misa Funeral en Barbastro ha estado impregnada de dos características en las que han confluido el obispo y el papa: la ternura y los gestos. Allí, en las distancias cortas, donde se gana la trascendencia sin dejar de estar en contacto, candorosamente, con el rebaño. Francisco todavía nos guía a través de las palabras de pastores como don Ángel Pérez Pueyo.

 

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