Las niñas y niños de Huesca dicen no al bullying y la discriminación y defienden sus derechos

Escolares del Colegio San Vicente han leído los artículos de la Convención Internacional ante el Ayuntamiento

20 de Noviembre de 2023
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Niños y niñas dicen no al bullyng y el racismo

Los niños y las niñas de Huesca quieren parques más grandes, con tirolinas, que sean divertidos y te lo puedas pasar bien.  Y si estás jugando en ellos y tienes sed, que un adulto te pueda dar agua y te ayude si lo necesitas. Pero, sobre todo, quieren que nadie sufra acoso escolar, porque conocen casos, y que nadie sea discriminado por su raza o su religión, o simplemente por proceder de otro país.

Así se han expresado escolares de sexto curso del Colegio San Vicente de Huesca y los miembros del Consejo de la Ciudad de las Niñas y los Niños que han protagonizado la celebración del Día de los Derechos de las Niñas y los Niños, ante las puertas del Ayuntamiento de Huesca, arropados por los ediles de la corporación municipal y la alcaldesa, Lorena Orduna.

María Jesús Laguna, coordinadora de las Ludotecas Municipales de Huesca, que ha organizado el acto junto a la Ciudad de las Niñas y los Niños, ha tomado la palabra en primer lugar, para destacar la importancia que tiene que "la ciudad de Huesca escuche y conozca los derechos" de la infancia.

También ha comentado que, aunque los artículos de la Convención son 54, iban a utilizar una adaptación de Francesco Tonucci, el "padre" de la Ciudad de las Niñas y los Niños, que los resume en 42.


LA CONVENCIÓN

La alcaldesa, Lorena Orduna, ha tomado la palabra para explica que la Convención sobre los Derechos del NIño es un tratado internacional que recoge los derechos de la infancia y es el primer instrumento jurídicamente vinculante que reconoce a los niños y niñas como agentes sociales y como titulares activos de sus propios derechos.  El texto fue aprobado por la Asamblea General de Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989 y entró en vigor el 2 de septiembre de 1990.

Los 54 artículos que componen la Convención sobre los Derechos del Niño recogen los derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos de todos los niños. Su aplicación es obligación de los gobiernos, pero también define las obligaciones y responsabilidades de otros agentes como los padres, profesores, profesionales de la salud, investigadores y los propios niños y niñas

Aun cuando numerosos países poseen leyes que protegen los derechos de la infancia -se ha denunciado-, muchos no las cumplen. Para los niños, y en especial para los grupos excluidos o minoritarios, esto significa, a menudo, vivir en situaciones de pobreza, sin hogar, sin protección jurídica, sin acceso a la educación, en situaciones de abandono o afectados por enfermedades prevenibles, entre otras vulneraciones.

La Convención sobre los Derechos del Niño reconoce claramente el derecho de todos los niños y niñas (menores de 18 años) a un nivel de vida adecuado, lo que implica una nutrición, educación y protección adecuadas. Y es un tratado jurídicamente vinculante, o lo que es lo mismo, de obligado cumplimiento.

LA HISTORIA

Después, el concejal Iván Rodríguez ha hecho un poco de historia. En 1959, Naciones Unidas aprobó una Declaración de los Derechos del Niño que incluía 10 principios. Pero no era suficiente para proteger los derechos de la infancia porque legalmente no tenía carácter obligatorio. Por eso en 1978, el Gobierno de Polonia presentó a Naciones Unidas la versión provisional de una Convención sobre los Derechos del Niño.

Gema Allué continuado aportando más datos. Tras diez años de negociaciones con gobiernos de todo el mundo, líderes religiosos, ONG y otras instituciones, se logró aprobar el texto final de la Convención sobre los Derechos del Niño el 20 de noviembre de 1989, cuyo cumplimiento sería obligatorio para todos los países que la ratificasen.

La Convención sobre los Derechos del Niño se convirtió en ley en 1990, después de ser firmada y aceptada por 20 países, entre ellos España.

Susana Oliván ha recordado que, en palabras de Tonucci, "todo adulto debe conocer estos derechos por respeto al niño y la niña. Relacionado mínimamente o no con la infancia debería haber leído, por lo menos una vez en su vida los textos originales de la Convención sobre los Derechos del Niño. Y digo mínimamente porque en realidad todo adulto (tenga o no hijos) está, en algún momento, en contacto con un niño/a; ya sea en el autobús, el parque, supermercado, casa de amigos con niños y niñas,  su actitud hacia ellos y ellas ha de estar en consonancia con lo que los derechos dicen. Para eso los tienen que conocer”.

Todo niño debe conocer sus derechos por respeto a él o a ella misma y a otros u otras, ha continuado la concejala socialista Silvia Salazar. "¿Cómo es posible que a pesar de llevar tantos años aprobada la Convención, sea una gran desconocida para muchos adultos incluidos maestros, educadores, pediatras, logopedas, etcétera.?  Y si los adultos no tienen conocimiento sobre esto, muchísimo menos lo tendrán los niños y niñas que son los sujetos. Por qué no les llega esta información a los niños y niñas. El artículo 42 proclama la divulgación de estos derechos entre los niños y las niñas?".

En palabras de Tonucci -le ha tocado el turno a Fernando Sarasa- “los estado firmantes se comprometieron y están obligados a respetar dichos derechos y difundirlos. Y a hacer todo lo posible para que los niños y niñas y jóvenes los conozcan y los ejerzan. Pero cada Estado debería de analizar los reglamentos y ordenanzas de todos los estadios institucionales, porque puede provocar risa pero existen contradicciones con respecto a lo que dicen  los derechos del niño y la niña. ¿Cómo puede existir por ejemplo en algún lugar un cartel en una plaza pública de prohibido jugar si justamente el Estado ha de favorecer el juego?”

Rosa Gerbás ha finalizado la lectura del manifiesto señalando que si los adultos leyéramos ‘entendiendo e interiorizando’ lo que los artículos de la convención sobre los derechos del niño/a dicen, nuestra mirada, nuestra relación y nuestro respeto hacia ellos y ellas cambiaría. Los niños y niñas tienen derechos pero los adultos tenemos deberes.

A partir de ahí, el resto de los concejales presentes y los escolares han leído los citados artículos. María Jesús Laguna ha concluido el acto recordando con buen humor a los niños -y a pesar de sus protestas-, que, además de derechos, tienen también deberes, y ha emplazado a todos los presentes a reunirse otro día para hacer una  nueva lectura con esta otra lista.

 

 

 

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