Mi Pequeña Semana ha crecido tras cuatro ediciones y, en esta quinta, la anual exposición de Carlos Jalle González ya es Nuestra Semana Santa y ha variado en su ubicación, del Centro Cultural Manuel Benito Moliner al salón de entrada de la Diputación Provincial de Huesca, cuyo escaparate es atractivo para los viandantes. Permanecerá hasta el día 20 de abril.
Los cambios son más profundos. "Primero, no se expone todo lo que había en el Matadero. Hemos puesto todos los personajes que salen en la procesión del Viernes Santo y, además, están andando, como si estuvieran procesionando", en movimiento permanente en el que desfilan a los ojos de los espectadores todas y cada una de las cofradías. Como escenario, la Plaza de Luis López Allué cuyas paredes, con tratamiento de la imagen, han sido tratados por el propio autor.
El fotógrafo y artista quería hacer este homenaje al ciclo oscense que tanto ha fotografiado, cuidado y querido. "Están todas las cofradías e incluso los personajes que salen en el Santo Entierro: las sibilas, los ministriles, las Siete Palabras, la Verónica que sale en persona. Están todos los personajes y cofradías de Viernes Santo. Faltan todos los pasos a excepción de los dos presentes, el Cristo del Perdón y La Dolorosa. Los otros no me ha dado tiempo a hacerlos, pero con el tiempo y una caña... pescador".
Los materiales con los que ha puesto forma y movimiento a la Semana Santa de Huesca son humildes, desde la goma eva hasta las botellas de zumo en las que ha insertado a los cofrades de cada una de las agrupaciones. En cuanto al desfile en movimiento, ha sido posible por la inspiración de Víctor Villacampa (La Confianza), que ha conseguido una cinta transportadora en circuito que produce un efecto fascinante en su desfile continuo.
Carlos Jalle lleva 42 años haciendo el cartel y antes ya colaboraba con la Archicofradía de la Santísima Vera Cruz. "La Semana Santa ha cambiado muchísimo. Había muchos años que salían muchos más personajes, como los ancianos que iban con la cama, los Apóstoles que por fin este año después de muchos hemos conseguido recuperarlos, y por supuesto muchos más penitentes en las Cofradías que ahora. Pero, bueno, dentro de lo malo, no nos podemos quejar tampoco".
Sí que tiene su modelo ideal. "Me gustaría que cambiara un poco en la seriedad de las procesiones, las túnicas, que las cofradías miraran que fueran todas iguales y no vayan casi tocando la rodilla, el calzado. Los cortes que hay en las procesiones, que son inaguantables. Y lo que cambiaría también es el horario de empezar. Para mí las procesiones bonitas son por la noche. Por ejemplo, la de Viernes Santo empieza a las 7 de la tarde y, como ha cambiado ya la hora, vemos prácticamente de día toda la procesión. Y para mí lo bonito de las procesiones es que se hagan por la noche. Prueba de ello es que las que se hacen durante la semana por la noche tienen mucho más atractivo".
