El perfil más habitual de una persona con episodios psicóticos es un joven con una ruptura vital importante, consumidor de tóxicos, con una trayectoria difícil, problemas escolares, conflictos con la familia y que puede abandonar los estudios.
Toda esta problemática afecta al conjunto de su entorno, especialmente a la familia, pero hay programas que pueden detectar los síntomas de manera temprana y proporcionar una red de intervención que propicie la total recuperación del paciente.
Coincidiendo con el Día Mundial de la Salud Mental, el Colegio Oficial de Enfermería de Huesca ha celebrado una jornada bajo el epígrafe Detección e intervención precoz desde el programa de Primeros Episodios Psicóticos y ha invitado a la enfermera Maritxu Ariz Cía, la psicóloga clínica María Otero Larrea y la terapeuta ocupacional Izaskun Aguirre Lasa, para detallar su experiencia en Navarra.
Maritxu Ariz ha explicado a este periódico que los episodios psicóticos se caracterizan por tener alteraciones en la percepción. "La persona puede estar escuchando voces que otras personas no escuchan, tener alucinaciones visuales, olfativas y del gusto".

Otros síntomas son los delirios, que tienen que ver con la alteración del pensamiento. "La persona cree tener la evidencia de que está sucediendo algo, que el resto de personas no está viviendo. Tiene la sensación de referencialidad, es decir, de que va por la calle y la gente le mira, cree que hablan de él o de ella. También se da la ideación de perjuicio, de que su familia le quiere hacer daño, que le quieren envenenar, que en su trabajo están en contra de él. Y por otro lado, puede pensar que tiene poderes o una alta capacidad para conseguir algo".
Los episodios psicóticos también van muy unidos a una conducta desorganizada. "La persona cree que le están vigilando, por ejemplo, y tiene conductas desorganizadas sin ningún fin, como poner parches en los agujeros de la casa, porque tiene la sensación de que le vigilan a través de ellos".
Asimismo, arroja una clínica negativa, consistente en apatía, aislamiento, o un deterioro en el funcionamiento laboral, académico y familiar. "Esos síntomas, sobre todo las alucinaciones, los delirios y la desorganización conductual, determinan el inicio de un primer episodio psicótico".
EL ESTRÉS
Las causas de los episodios psicóticos se asocian a diversos factores. "Hay un riesgo desde edades precoces de la vida, incluso desde el nacimiento, a desarrollar determinadas enfermedades. Si hay familiares con problemas de salud mental, hay más riesgo, pero también hay personas en las que debutan sin tener estos antecedentes".
El vínculo con el consumo de tóxicos es claro y resulta un factor "muy precipitante y habitual" en la adolescencia tardía o la edad adulta, y también tiene mucho que ver con el estrés. "Antes se daban casos en personas que iban a la mili y a su regreso debutaba alguna enfermedad, porque habían vivido una situación muy estresante".
Los Programas de Primeros Episodios Piscóticos pretenden proporcionar a la persona un tratamiento lo antes posible, prácticamente en cuanto comienzan los síntomas.
Se trata de una intervención con tratamiento farmacológico y psicoterapéutico, para reducir la discapacidad. "Cuanto antes se atienda la persona, mejor pronóstico tendrá", afirma Maritxu Ariz.
Otro concepto importante es el periodo crítico. Cuando una persona sufre los síntomas psicóticos durante tres meses pasa a denominarse episodio esquizofreniforme y si supera los 6 meses, se le diagnostica de una esquizofrenia.
Después de un primer episodio, el periodo crítico se prolonga durante dos años que es el tiempo en el que existe mayor riesgo de recaídas. Cuantas más se producen, el deterioro es mayor y la recuperación podría no llegar a ser total.

MUCHOS RECURSOS
El Programa de Primeros Episodios Piscóticos se puso en marcha en Australia, Estados Unidos y al norte de Europa. A España llegó en 2010 y en Navarra se apostó fuerte por él en 2016, dotándole de muchos recursos, sobre todo personales, por encima de otras comunidades autónomas. "Muchas veces es menos costoso tratar a una persona de forma ambulatoria a que haya un ingreso y eso también es importante", observa.
Se realiza una detección precoz de los primeros episodios psicóticos y una intervención temprana, un programa que trabaja la accesibilidad y la flexibilidad, sobre todo "teniendo en cuenta la autodeterminación y los objetivos de la persona, como una labor en equipo multidisciplinar, para lograr los objetivos que la persona haya planteado desde el inicio del tratamiento".
Los pacientes llegan derivados de las unidades de agudos de psiquiatría, de los centros de salud mental o de urgencias, incluso de atención primaria. "El objetivo ahora es que la persona, por propia iniciativa, llame. Una vez que se hace la derivación, a la persona se le ve en la primera semana, no hay listas de espera, porque cuanto antes sea la intervención, mejor. Y comienza el programa, que durará dos años".
El programa navarro atiende a unos 200 pacientes, cien nuevos cada año y otros tantos del anterior programa. Eso supone, aproximadamente, unas diez derivaciones al mes.
En definitiva, para aspirar al éxito de estos programas, "es esencial una atención precoz para que la persona pueda retomar las riendas de su vida". También es importante formar de alguna manera a la familia, que sea cómo ayudar y cómo prevenir recaídas, y al mismo tiempo, que no tenga que soportar una excesiva sobrecarga por el cuidado de su ser querido.