En un mundo donde la conexión social es más crucial que nunca, el baile emerge como una poderosa herramienta de socialización, y para las personas mayores, se convierte en un refugio de alegría y vitalidad. El programa municipal "Sácame a bailar" ha regresado al local de la Asociación de Vecinos del Barrio de San Lorenzo después de las vacaciones navideñas, para colmar de alegría a todas las personas adeptas a esta alternativa de ocio.
Este encuentro semanal no solo celebra la música y el movimiento, sino que también fomenta la interacción y promueve la salud física y mental. Con entrada libre, esta iniciativa se convierte en una celebración de la vida y una oportunidad también para el amor.
Es el caso de los oscenses Pilar y Guillermo. "Desde que se inauguró este baile, yo voy todos los años, desde que empieza hasta que acaba, siempre me ha gustado mucho", explica ella.
"Vine un sábado con tres amigas, él estaba sentado y fue a saludar a uno. Aún no me había acercado, que ya vino hacia mi. Y hasta hoy", añade.
Se mueven por la pista como pez en el agua, muy sincronizados y muy enamorados. Guillermo asegura que bailar constituye para él la mayor de las diversiones y Pilar está de acuerdo. "Yo oigo música y ya estoy meneándome", afirma, al tiempo que él precisa: "De los años 60".
Les gustan las formaciones musicales que pasan por este programa, el sábado actuó la Orquesta Guara y también está prevista la presencia del Dúo Iceberg, Disco móvil Alfil iceberg, Dúo Pulso musical, Dúo Blow Pipes, Dúo Haleo y Disco móvil B.P.M. 2.0. "Son fabulosas".
Carmelo, que procede de Aniés, asegura que está muy contento con esta actividad, pero tiene alguna petición que formular. "A los mayores nos gustan los pasodobles; pero muchos, nos matan. Queremos un repetorio con vals, boleros, tangos, una cumbia...Cambios, es lo que nos llena".
Miguel considera que este programa es muy positivo para la gente de una edad, por el ambiente que se forma y porque resulta muy divertido. "Hacemos ejercicio físico y mental", agrega.
Y Carmen se muestra encantada, porque su deseo es "que no se pierda el baile de salón" y "poder practicar lo que se aprende en las academias. "Huesca es una ciudad muy pequeña y no hay otros locales donde poder bailar", observa.
Además, destaca también las posibilidades que ofrece para socializar. "La música levanta el ánimo, es la mejor pastilla para el alma -afirma-. Y, sobre todo, en pareja es fenomenal, especialmete para los más mayores".