Ese lazo de convivencia les liga a estar sujetos a algo que debe ser transmitido con una finalidad benéfica entre la buena gente. (El escolapio Joselu lo ha explicado muy bien en la celebración). Por eso se juntan un día al año viniendo de muchos lugares, como Alfarrás, Alcampell, Camporrells, Estopiñán, Mas del Pilaret, Estaña, Altorricón, Lleida, Balaguer, Barcelona, Binéfar, Tamarite, o incluso el sur de Francia, a donde sus vidas los llevaron a ellos y sus descendientes debiendo dejar sus orígenes y sus tierras habiéndose convertido el lugar en un despoblado, que resurge gracias a la Asociación So Nostre y el local-refugio que se usa de centro de celebración para la comida de hermandad, la rifa de obsequios después del bingo, la asamblea anual de socios, la reunión de la junta de la asociación.
Y también este año, un reconocimiento a las personas más mayores, nonagenarias, que vienen a esta pequeña pero entrañable fiesta. En la era, en la que se alza el Pilaret. se improvisa un altar, otra mesa para concurso de dibujo y venta de camisetas conmemorativas del XV aniversario de la construcción del local social; y el campo adyacente sirve asimismo de zona de juegos, los típicos palitrocs; y en la tarde, la era se convierte en la pista de baile. No faltó la visita al cementerio con la ofrenda de flores y el rezo del Padrenuestro a los allí inhumados.
Desde la parte baja del pueblo, donde se ubica el local social, los “sucesores” de los gaiteros de Caserras que hoy componen Joaquín, Mª Carmen y Tomás de Benabarre, Ramón de Albelda y Mariano de Graus, pasean la tradicional música hasta lo alto, en la era, para endulzar la jornada matinal hasta la hora de la misa, amenizando con los sones de la trompa ribagorzana o gaita de Caserras, la tarota y las gaitas de boto tocando las diferentes melodías que desde tiempos inmemoriales se escuchaban y cantaban en un bonito concierto que eriza la piel del centenar de hijos de Caserras congregados a su alrededor escuchando y cantando: el arrastrat, el ball Rodó Menarguens, Barceló de Camporrells, Millollano de Sobrarbe (del maestro Cazcarra de Bestué), Rogle de Arén, Benabarre y cazadors (de Tamarite y Castigaleu), la Cardelina (de Benabarre), y el Comiat (despedida) de Caserras.
Esa que gusta declamar a los gaiteros: “valtros us quedeu en lo mal d’orella; nantros m´on anam en la bolsa pllena”. Un hermoso y emotivo día de encuentro en el antiguo lugar de Caserres, ahora sin sus casas y habitantes, pero donde la música y los músicos han empezado la jornada llenando el aire de sonidos que a buen seguro desde el cielo los gaiters de Caserres contemplaban y escuchaban cómo sus dignos herederos mantienen vivos los sonidos agradables que ellos llevaban a las fiestas de muchos pueblos. Porque el arte y la cultura musical son esenciales en la vida. Y cómo los antiguos vecinos y sus descendientes mantienen viva la fiesta. La música vive y se mueve gracias a estos abnegados gaiteros. ¡¡¡Por eso, CASERRES VÍU!!!