Ojo a los relojes este fin de semana, porque en la noche del sábado al domingo se pondrá en marcha el conocido como cambio de horario de invierno. Este proceso implica retroceder los relojes una hora en la mayoría de las regiones que observan el horario de verano, lo que significa que a las 3:00 a.m. del domingo 29 de octubre, se ajustará el reloj a las 2:00 a.m. Esto se hace con el propósito de aprovechar la luz natural durante las mañanas de invierno y ahorrar energía eléctrica.
El cambio de horario de invierno tiene beneficios significativos. Al retrasar la hora de levantarse, se busca que las personas hagan un mayor uso de la luz del día en las actividades diarias, reduciendo así la necesidad de iluminación artificial y calefacción durante las primeras horas de la mañana.
Esto conlleva a un ahorro de energía y una disminución de los costos energéticos para hogares y empresas. Además, se espera que esta medida ayude a reducir el consumo de combustibles fósiles y, en consecuencia, a disminuir la emisión de gases de efecto invernadero, contribuyendo así a la lucha contra el cambio climático.
Sin embargo, el cambio de horario también puede tener algunos inconvenientes. Al adelantar el reloj, las tardes se vuelven más cortas, lo que puede afectar el bienestar de las personas, ya que disponen de menos tiempo para actividades al aire libre después del trabajo o la escuela.
Además, el ajuste del reloj puede alterar los ritmos circadianos de las personas, causando cierta desorientación y problemas temporales de sueño. A pesar de las ventajas y desventajas del cambio horario, esta práctica se lleva a cabo en muchas regiones del mundo con el fin de optimizar la utilización de la luz natural durante los meses de invierno.