El director gerente de la Fundación César Carlos, el barbastrense David Lafuente, ha recibido este miércoles al rey Felipe VI con motivo de la conmemoración del 75 aniversario del Colegio por el que han pasado más de millar y medio de profesionales, académicos y funcionarios pertenecientes a los cuerpos superiores de la administración.
La institución asume que la historia de España habría sido distinta sin las facilidades que el Colegio César Carlos ha conferido para el acceso al ámbito laboral de un grupo de jóvenes cualificados. De ahí la presencia y las palabras que este miércoles ha pronunciado el monarca, a quien se le ha impuesto el Botón de Oro de honor, máxima distinción de la entidad. Los Colegiales reciben su Botón de Plata cuando, tras haber residido un mínimo de medio año en el centro, demuestran un apego en el Colegio y el Botón de Oro se impone a todos aquellos que logran el objetivo que se marcaron al ingresar en el centro: el acceso a un cuerpo superior de la administración o el desarrollo de su carrera académica en la universidad.
Dependiente del actual Ministerio de Universidades, el César Carlos está parcialmente subvencionado, lo que permite el acceso a los cuerpos superiores de la administración de jóvenes con vocación de servicio público más allá de su capacidad económica. Cuenta con una Asociación, garante de su permanencia, y una Fundación, que procura una residencia digna a unos precios asumibles. El estricto sistema de admisión se basa en dos principios: la excelencia académica (hay promociones donde más de la mitad de los nuevos residentes acceden con más de un nueve de media universitaria) y la vocación social (por situación económica familiar).
La excelencia académica de la Institución viene avalada por las distintas personalidades de todas las áreas del saber humano que han ido ingresando a lo largo de los años. Nombres tan ilustres como Manuel Broseta, Pío Cabanillas, Garrido Falla, Murillo Ferrol, Martín-Retortillo, Díez de Velasco, González Campos, Manuel Olivencia o Torrente Ballester, entre otros muchos, son la carta de presentación para un centro que lleva más de medio siglo nutriendo al Estado de catedráticos de universidad, diplomáticos, abogados del Estado, administradores del Estado, notarios, registradores, magistrados, fiscales, etcétera.
En la época de apertura del régimen fueron muchos los que desfilaban del Colegio a la cárcel y de la cárcel al Colegio. El centro, modelo de debate y diálogo, desempeñó un papel fundamental en la época de la Transición española. Hasta tres ex residentes del César, han llegado a estar sentados en el mismo Consejo de Ministros.
El Colegio está enfocado al estudio en un ambiente de tranquilidad. Todos sus residentes dedican un mínimo de ocho horas al día, incluidos fines de semana y careciendo de vacaciones, para lograr la gran meta que se marcaron al ingresar en el centro, lo que redunda en un ambiente de colaboración y unas condiciones óptimas de calma.
El Colegio se rige por un sistema de autogobierno; y es que son los propios Colegiales quienes eligen a su Rector/a y se ocupan de la gestión ordinaria, así como del sistema de admisiones. Este régimen de autogobierno precede a la propia aprobación de la Constitución, lo que conduciría a denominarlo como precursor de nuestro modelo democrático. A inicios de los años ochenta, los propios Colegiales, reunidos en Capítulo Colegial, votaron a favor de aceptar el ingreso de mujeres, constituyéndose en un centro mixto embrionario en nuestro país.
Inicialmente asentado en un complejo de tres pequeñas casas en la Avenida del Valle de Madrid, donde residían no más de medio centenar de jóvenes, el actual emplazamiento está en la calle don Ramón Menéndez Pidal número tres, edificio de Alejandro de la Sota, uno de los más reconocidos arquitectos de nuestra historia, alberga un centenar de residentes está perfectamente diseñado y concebido para el estudio y el aprovechamiento máximo de los espacios.
LA VERSATILIDAD DE DAVID LAFUENTE
David Lafuente Durán, subdirector general de Cooperación y Exterior en el Instituto de la Juventud (INJUVE), fue rector del Colegio César Carlos de 2008 a 2013 y es el actual director-gerente de su Fundación. El barbastrense pertenece al Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado.
Su versatilidad se constata en el hecho de que en los últimos años ha ejercido como Vocal Asesor en la Secretaría de Estado de Igualdad y contra la Violencia de Género (Ministerio de Igualdad), en la Secretaría de Estado de Igualdad (Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad) y en la Secretaría de Estado de Servicios Sociales e Igualdad (Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad).
Su carrera administrativa comenzó como jefe del Área de la Economía Social y de la Responsabilidad Social Empresarial en el Ministerio de Empleo y Seguridad Social. De hecho, su reconocimiento como catedrático honorario en RSC por la UCAM es el fruto de la especialización en este campo, materializada en su libro "9 necesarios debates sobre la responsabilidad social" con la Editorial Comares, donde nutren de sus conocimientos cien grandes profesionales del sector. Es uno de los grandes referentes del Congreso Internacional que bienalmente se celebra en Zaragoza.
Licenciado en Ciencias Políticas y de la Administración por la Complutense (en la que consiguió el Premio Extraordinario de final de carrera), completó su formación con varios posgrados. En toda su experiencia académica, ha sido tremendamente participativo como representante de la comunidad universitaria.
Además del rectorado en el Colegio César Carlos, ha ostentado cargos internacionales en la Liga BBVA o en gabinetes políticos y ha sido asesor y relaciones públicas en distintas compañías. Además de dirigir la Fundación César Carlos, es miembro de la Junta del Colegio Nacional de Ciencias Políticas y Sociología y del Consejo Directivo de la Asociación del Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado.
No es casualidad la nombradía en este ámbito de David Lafuente. Su otra faceta fundamental es la de barbastrense ejerciente, y de hecho es imprescindible cooperante los premios de los valores del deporte de Gráficas Barbastro y organizador de los encuentros de barbastrenses en Madrid. Todo un carácter lleno de bonhomía y brillantez.