A nadie le hace gracia tener que ir a un hospital. Un accidente, dolores agudos, el empeoramiento de una enfermedad, una reacción alérgica, la irrupción de un cuadro grave, ningún motivo predispone a la calma. Al menos, salvo que se padezca de nosocomefobia -miedo irracional a estas instalaciones-, los mayores tenemos mecanismos para aligerar nuestros nervios y afrontar la experiencia con mayor sosiego. Para los niños, puede ser más complicado.
Con el ánimo de hacerles más fácil esta experiencia, tres profesionales de la planta de Pediatría del Hospital Universitario San Jorge de Huesca pensaron que el nuevo Servicio de Urgencias, que se ha puesto en funcionamiento este miércoles, podía ofrecer a sus pequeños pacientes un ambiente realmente amigable.
"Queremos que, cuando vengan, se encuentren con algo que les resulte más atractivo y cómodo, que no las habituales salas de espera de estos espacios. Venir a urgencias, ya es de por sí bastante estresante, así que se lo queremos hacer lo más leve posible". A la pediatra María José Calvo le rondaba esta idea por la cabeza y cuando la compartió con sus compañeras de servicio Beatriz Arizón y Montse Redol, inmediatamente encontró dos grandes aliadas.
"Había que hacer del espacio destinado a las urgencias pediátricas un lugar con luz, con color y dibujos, un ambiente más humanizado. Eso es muy importante, independientemente de la asistencia, que es lo prioritario", señala la doctora.
Los presupuestos de las administraciones no suelen tener en cuenta estos gastos, así que sólo pidieron permiso para llevar a cabo el proyecto y dinero para sufragar los gastos de la pintura. Ellas se ocuparían de todo lo demás. Y al Hospital le gustó la idea y dijo enseguida que sí.
Tenía que ser algo sencillo y atemporal para que las imágenes elegidas no pasaran de moda, y pensaron que unos peces podrían resultar muy relajantes e incluso entretenidos, porque los niños y las niñas podían pasar un rato distraídos mientras los identificaban.
"En principio, la composición iba a ser más sencilla, sólo algún pez y alguna ola, pero cuando nos pusimos, de repente, la gente se vino arriba", relata la pediatra.
Y fue cobrando forma un mural mucho más completo de lo previsto. Las paredes se vieron invadidas por una gran variedad de especies marinas: pez globo, tiburón, medusas delfines, tortugas, cangrejos, caballitos de mar, peces payaso, peces ángel, morena, estrella de mar...
Aprovechaban sus ratos libres, muchas horas fuera de su horario laboral. Había numerosas cosas que hacer y en poco tiempo, si querían llegar a la inauguración de las nuevas Urgencias. Al final, tuvieron que pedir ayuda al resto de compañeros y compañeras del Servicio de Pediatría. Y la respuesta fue generosa y unánime.
"Vino bastante gente. Los que no sabían dibujar, venían a perfilar o a hacer cualquier otra cosa. Todo el mundo puso su granito de arena. Y así, lo hicimos en un tiempo récord", explica.
"Si a los niños les das un juguete, les haces un juego o interactúas con ellos, se van quitando el miedo poco a poco y colaboran mucho más. Eso lo vemos también a diario en las consultas", añade.
Las urgencias de Pediatría atienden a una media diaria de diez o doce niños, y en temporada de epidemias el número se eleva notablemente. Este año ha sido especialmente complicado. "Hemos tenido muchas patologías y mucha presión. Parece que los virus se han desatado después de quitar la mascarilla, las Urgencias han estado bastante frecuentadas y también la hospitalización. Las principales patologías han sido respiratorias, sobre todo bronquiolitis, pero también gripe, neumonía y cuadros gastrointestinales. Depende del virus que hay en cada momento".
Las nuevas Urgencias del Hospital San Jorge presentan un aspecto que nada tiene que ver con el viejo espacio que se destinaba hasta ahora a ese fin. Como declaró el propio gerente del Sector Sanitario de Huesca y Barbastro, Miguel Zazo, el día que el presidente de Aragón, Javier Lambán, visitó el nuevo edificio, una de las mejoras más notables de estas instalaciones es que han ganado en luminosidad. Pero es cierto, que en la sala de espera de pediatría, la luz parece todavía mucho más brillante.