"Con gran gozo os anuncio una buena noticia: el Santo Padre el Papa Francisco ha nombrado un nuevo Obispo para nuestras Diócesis de Huesca y de Jaca unidas in persona Epíscopi, en la persona del Obispo. Es Mons. Pedro Aguado Cuesta, Sch.P., Superior General de la Orden de las Escuelas Pías. Natural de Bilbao (26/06/1957). Su currículum vitae aparece publicado en los medios de comunicación. Desde Roma, donde reside, nos envía un saludo en espera de estar pronto entre nosotros".
Así lo ha anunciado el actual aministrador apostólico, Vicente Jieménez Zamora, con los vicarios generales (Nicolás López Congosto y Fernando Jarne), y de Pastoral además de los cancilleres de las diócesis de Huesca y Jaca (Patricia Palacio y Felipe García), en el Seminario Conciliar. Tomará posesión el 14 de junio en Huesca y el 15 en Jaca. Su predecesor le ha deseado "audacia de profeta, fortaleza de testigo, clarividencia de maestro, seguridad de guía y mansedumbre de padre"."
Es general de los escolapios este bilbaíno nacido el 26 de junio de 1957 que estudió en el colegio Calasancio de Bilbao, teólogo, profesor, pedagogo, pastoralista y educador, además de ejercer como Superior de la Provincia y Padre General de la Orden de las Escuelas Pías, además de pertenecer al Dicasterio de la Cultura.
Compagina su labor de superior general con la presidencia de la Comisión de Educación de las Uniones de los Superiores y Superioras Generales y el cargo de Consultor del Dicasterio para la Cultura y la Educación de la Santa Sede.
"Tengo que aprender a ser obispo, y necesito vuestra ayuda. Sé que lo haréis con paciencia y generosidad"
En su saludo a sus nuevas diócesis, Pedro Aguado Cuesta se ha dirigido en los siguientes términos. "Tengo mucho que aprender, a mis 67 años. Tengo que aprender a ser obispo, y necesito vuestra ayuda. Sé que lo haréis con paciencia y generosidad. Tengo que ir conociendo nuestra tierra, sus ciudades y pueblos, sus parroquias, así como el dinamismo y funcionamiento de las dos diócesis".

"Espero poder ayudar a que las diócesis de Huesca y de Jaca caminen por senderos de Evangelio, viviendo, compartiendo y anunciando nuestra fe en el Señor Jesús. Creo en una Iglesia fraterna, solidaria, misionera, corresponsable y sinodal. Trataré de servir a las diócesis como hermano y como pastor, y confío en la bondad de Dios para que el camino que hagamos juntos sea humilde y evangélico. El Señor Jesús es el centro de nuestra vida y de nuestra comunidad, es la razón de nuestra fe y es el horizonte de nuestra vida. Nuestro reto -y nuestra vocación- es seguirle con creciente convicción", ha agregado el nuevo obispo.
"Confío mi servicio episcopal y la vida de nuestras diócesis al amparo y protección de María y a la intercesión de San Lorenzo y Santa Orosia, patronos de nuestras diócesis. Recibid un abrazo fraterno, con mis mejores deseos para todos. Cuento con vuestra oración. Podéis contar con la mía", ha concluido.
Aguado Cuesta fue elegido para un tercer sexenio al frente de los escolapios hace dos años en México, después de dos mandatos, el primero en Peralta de la Sal, cuna de san José de Calasanz.
La Orden de los Padres Escolapios lleva cuatro siglos al servicio de la sociedad bajo la inspiración de San José de Calasanz, en cuya intención siempre ha figurado la educación y formación de los niños pobres. Hoy día está presente por todo el mundo e instruye a más de 130.000 estudiantes en 41 países.
El nombre de Pedro Aguado Cuesta ya ha empezado a suscitar reacciones de satisfacción al concluir la interinidad del administrador apostólico, don Vicente Jiménez Zamora -que, por cierto, ha dejado un poso pastoral muy gratificante para los feligreses-, después de sustituir a Julián Ruiz Martorell, hoy prelado en Sigüenza-Guadalajara.
El propio administrador apostólico ha venido pronunciando su anhelo de la llegada de un nuevo obispo titular y, dieciséis meses después, se ha hecho realidad. No hablaba en vano recientemente el de Teruel-Albarracín, José Antonio Satué, cuando aseguró que el relevo llegaría "muy pronto".
VICENTE JIMÉNEZ ZAMORA, SATISFECHO
Visiblemente satisfecho, Vicente Jiménez Zamora ha afirmado que "los Obispos, pastores visibles pasamos, pero Cristo, el “Supremo Pastor” invisible (1 Ped 5, 4) y “Obispo de nuestras almas” (1 Ped 2, 25) permanece para siempre. Cristo Jesús “el Buen Pastor no abandona nunca a su rebaño, sino que lo custodia y lo protege mediante aquellos que, en virtud de su participación en su vida y misión, desarrollando de manera eminente y visible el papel de maestros, pastores y sacerdotes, actúan en su nombre en el ejercicio de las funciones que comporta el ministerio pastoral y son constituidos como vicarios y embajadores suyos” (San Juan Pablo II, Exhortación Apostólica, Pastores gregis, 6).
Vicente Jiménez Zamora: "Nuestras iglesias, nuestras casas, nuestras obras, y, sobre todo, nuestros corazones se abren para recibirle"
Ha exhortado "a recibir a nuestro nuevo Obispo como a un padre, hermano y amigo. Estoy seguro de que le acogeréis con la nobleza de las gentes que vivís en esta bendita tierra de Aragón. Nuestras iglesias, nuestras casas, nuestras obras, y, sobre todo, nuestros corazones se abren para recibirle. Viene a unas Diócesis, hechas de siglos de historia de fe cristiana, que, en sintonía con la Iglesia Universal, que preside en la unidad y en la caridad el Sucesor de Pedro el Papa Francisco, están llamadas hoy por el Espíritu a caminar como Iglesia sinodal en misión y a peregrinar en esperanza en el Jubileo ordinario del año 2025, respondiendo cada bautizado con la vocación a la que el Señor nos llama, a la luz del Congreso de Vocaciones: ¿Para quién soy? Asamblea de llamados para la misión".
Y ha concluido: "Le deseamos que tenga en el ejercicio de su ministerio episcopal audacia de profeta, fortaleza de testigo, clarividencia de maestro, seguridad de guía y mansedumbre de padre"
SE ADJUNTAN EL SALUDA DEL NUEVO OBISPO, LA ACOGIDA DEL ADMINISTRADOR APOSTÓLICO Y EL CURRÍCULO DE PEDRO AGUADO CUESTA