Torla-Ucrania, del cielo al infierno para salvar la vida de Lida, embarazada con alto riesgo

El cabo Javier Martín, artífice ya de dos expediciones humanitarias al país en guerra, y el médico Just Antolín parten en coche desde el Sobrarbe para traer a la madre a dar a luz a Zaragoza

14 de Febrero de 2023
Javier Martín y Just Antolín, con Natacha Yakoleva (la traductora en la segunda expedición) en medio

Marca Google que, de Torla a Varsovia, se recorren en coche 2.497 kilómetros. 26 horas. Es el trayecto que van a cubrir desde el 17 de marzo Javier Martín Hernández, el cabo de la Guardia Civil impulsor de dos expediciones humanitarias a Ucrania, y Just Antolín, un médico catalán con casa en la hermosa localidad a los pies de la majestuosidad de Ordesa. El doctor fue de la partida en la segunda de las misiones, la que llevó en noviembre más de 25.000 kilos de comida que todavía, por cierto, están siendo consumidos. Desde Varsovia, tomarán un tren hasta Kiev, la capital del país asediado por Rusia. Los 780 kilómetros por raíles sumarán otras diez horas largas.

Si la partida de Pirineos-Ucrania (rebautizado por el sacerdote Macario Olivera en su bendición como Grupo de Salvación Pirineos Ucrania aquel 19 de noviembre de 2022) arrancó con ocho participantes (incluidos el cura Jesús Escalona, miembros de Protección Civil del Sobrarbe y una traductora), esta nueva proeza del que hoy es comandante del puesto de la Guardia Civil en Torla parte con los dos protagonistas y con una compleja intención: salvar la vida de Lida, una ucraniana que reside en un pueblo a medio camino entre Kiev y Mariúpol, y de su bebé. Les acompañará la hija de Lida, de 13 años.

De no mediar este intento, el feto fallecerá. Con absoluta seguridad. De hecho, han sido desahuciados por la precaria sanidad de Ucrania. La vida que late en el interior de Lida está condenada a juicio de los galenos ucranianos. Las pruebas diagnósticas no son concluyentes (durante su realización, son comunes los apagones de luz y toda clase de contratiempos), pero en la realidad ucraniana no ha lugar a los matices ni a los esfuerzos con resultados inciertos. Es más, peligraría la supervivencia de la madre.

La única esperanza de Lida tiene dos nombres: Javier Martín y Just Antolín. En realidad, la buscó el hermano de ella, que vive en Zaragoza con un problema de hipoacusia (sordera, para entendernos). Javier le conoce porque es cuidador de perros en Zaragoza. A razón de 18 euros la noche. Y el cabo acude a los servicios de Sergei cuando viaja con su familia y necesita dejar su can en buenas manos. Él le contó la problemática de su hermana. "No podemos abandonarla a una muerte segura del bebé, y seguramente de ella". El resultado de las pruebas en el país en guerra es inquietante: parece -no es seguro- que pueda tener una malformación, pero no hay certezas para avanzar una conclusión.

La esperanza, además, se acrecienta porque la Sanidad española, concretamente la aragonesa, está confiada en las posibilidades de pervivencia de Lida y del bebé. Ese resquicio de luz es suficientemente fuerte como para "no reblar". Cuando retornen, dejarán a Lida en el hospital para el alumbramiento (si no se precipitan los acontecimientos).

Just Antolín y Javier Martín ante el camión que cargaba los alimentos para Ucrania

Confluyen los juramentos del guardia civil y del médico, el de la Cartilla del Duque de Ahumada y el hipocrático. Serán los motores del larguísimo viaje en una furgoneta "medicalizada" hasta Varsovia. Llevarán goteros y abundante material sanitario. En Kiev, confluirán con Lida y retornarán a la capital polaca en ferrocarril. "Estamos preparados incluso por si se pone de parto en el camino, pero, cuando lleguemos a la Unión Europea, habrá menos miedo porque los hospitales son de confianza".

Han traducido el pasaporte biométrico, porque el ucraniano está en cirílico. Todo está, pues, lanzado. Disponen del apoyo de la Fundación Ucrania une Corazones (presidido por Maxim Rudenko, profesor de la prestigiosa universidad de Chernivski) a la que pertenece Javier, y además la Asociación Cultural y Deportiva Bomberos de Zaragoza les ha donado 400 euros. Noé es su interlocutor en este cuerpo que ya ha enviado un buen número de generadores de luz distribuidos gracias a la colaboración del grupo Ucranianos del Bajo Cinca. Una empresa madrileña, Verticalia, también ha realizado una aportación.

Un soldado ucraniano (por seguridad se les tapa la cara con estos emoticonos) con un generador enviado por los bomberos de Zaragoza

El resto, que probablemente se vaya a mil quinientos o dos mil euros, correrá por cuenta de los bolsillos de Javier y Just. El esfuerzo multiplicado en todos los frentes. "Ya pedimos bastante en las dos expediciones anteriores. No queremos llamar a más puertas. Esto lo soportaremos nosotros". Grandeza y humildad en el camino de la trascendencia: la de la salvación de Lida y su bebé. Dios los acompañe.

LA LABOR DIVULGATIVA

La labor divulgativa de Javier Martín, además de miembro de la Benemérita fotógrafo excelente, está llevando la exposición "Éxodo de Ucrania, mirada de las mujeres", por toda España. Ahora mismo está colgada en la Casa del Pueblo de San Facundo, en León.

"Éxodo desde Ucrania, mirada de las mujeres" recoge su trabajo fotográfico en la primera de las expediciones, que en cada inauguración cuenta con el complemento de los poemas de la poetisa turolense Cristina Jiménez escrita para la ocasión. En el proyecto, también ha colaborado la socióloga Amelia Petit. En Huesca podrá verse en meses venideros, sin concretar.