El fin de semana pasado, estaba paseando por la arteria principal de una gran ciudad española un pequeño tumulto hizo que no pudiera resistirme a entrar en la boutique de referencia de Ray-Ban. Mala suerte (ironía modo ON), en ese momento estaban iniciando una demostración de las nuevas Ray-Ban Stories. En primer lujar déjenme pedir disculpas, nunca he sido un especialista en complementos de moda. Pero sí un apasionado de la tecnología y la combinación de ambas, les he de decir que me sorprendió.
Imaginan tener las Ray-Ban wayfarer clásicas, sí, esas negras de pasta que no pasan de moda. Pero con un ligero restyling que las trae a la más rabiosa actualidad. Combinadas con unas lentes que, discúlpenme de nuevo, nunca había visto, pasan del transparente total al negro más opaco según el nivel de rayos UV que incide en su superficie. Bueno hasta el momento una gafa bonita más.
¿Pero, en qué consiste la demostración? Un amable dependiente me pidió si podía sentarme en una silla en el centro de un grupo de gente y si tenía conectado el Bluetooth de mi teléfono. A la vez que pregunta al gentío si alguien me compraría los airpods que están en mis orejas por un buen precio, insiste que en minutos yo mismo los regalaré. Apresuradamente retiro los cascos inalambricos de mis orejas y los guardo, no tengo ninguna intención de regalarlos.
El amable dependiente me coloca unas gafas de pasta negra de lente transparente, hay que decir me sentaban bien; me pide si puedo buscar el dispositivo en el Bluetooth de mi teléfono y vincularlo, a lo cual accedo rápidamente. A continuación, me solicita que ponga algo de música con mi teléfono y aquí empieza la magia… Empiezo a descubrir que no me encuentro ante una gafa normal, ya que escucho perfectamente a través de las varillas de las gafas la música con muy buena calidad. No contento con ello el dependiente pide a mi pareja que me llame en ese momento y sin tocar el teléfono, sólo tocando la varilla soy capaz de responder la llamada y conversar con mi pareja a través de las gafas. A lo que hemos llegado. Pero esto no termina aquí, en la varilla de la gafa, bien disimulado se intuye un pequeño botón que, si lo presionas, deja en el carrete de tu teléfono una instantánea de lo que en ese momento estás observando. Si la presión se mantiene unos segundos, en vez de hacer fotos, se capturar vídeo; que se almacena en el carrete de nuestro teléfono móvil. Tecnología de espías pensé en su momento. Pero la verdad que es el gadget completo, pensado para llevarlo encima las 24h de día y la noche evitando interacciones con nuestros smartphones. Algo que no es nuevo, pero sí me parece revolucionario cómo se ha conseguido integrar la tecnología dentro de un complemento que lleva años alrededor nuestro sin alterar su apariencia.