Más allá de debates en torno a la profundidad del cambio climático, los esquiadores que durante esta Semana Santa se han asomado a la Estación de Aramón Cerler están quedando con un gratísimo sabor de boca porque las condiciones son francamente inmejorables para esta primavera, cuando ya agoniza una temporada paradójicamente en el mejor momento de nieve.
Con espesores entre los 30 (65 en el sector Ampriu y 60 en el Castanesa) y los 110 centímetros, los 16 kilómetros esquiables en las quince pistas abiertas (9 verdes y 6 azules) a las que se accede con 14 remontes abiertos constituyen un broche de oro a una campaña que ha ido a más.
Frío, eso sí, pero mucha animación con la Fiesta Remáscaro y aprés-ski con el diyéi Audio Claudio, mientras se prepara una gran fiesta de conclusión de temporada para el 6 de abril.
Y, sin embargo, este 29 de marzo los esquiadores se aplican a la doctrina carpe diem y aprovechan todos los instantes porque esta alegría y esta luminosidad, esta manera de deslizarse sobre la pista blanca, no volverá pero quedará en la retina de la memoria de todos.