En diciembre de este año, tendrá lugar la apertura de un hotel internacional de lujo en la Estación de Canfranc. Esta construcción ferroviaria, ubicada en un pequeño pueblo pirenaico, puede presumir de ser uno de los lugares con mayor historia en nuestro país. Sin embargo, desde la interrupción de su actividad de trenes y mercancías, en 1970, se encontraba en continuo deterioro.
La marca de lujo Royal Hideaway Luxury Hotels & Resorts, asociada a la empresa hotelera Barceló, es la responsable del proyecto, que se espera que devuelva a Canfranc la relevancia que tuvo en épocas pasadas. Esta localidad del Pirineo oscense fue un escenario clave durante el siglo XX.
El próximo hotel internacional va a ser un viaje al pasado. Barceló pretende que el alojamiento en su nuevo establecimiento sea una inmersión en los años treinta. El alcalde de Canfranc, Fernando Sánchez, incluso lo denomina como una “experiencia” y detalla que la compañía hotelera está trabajando con guías locales para que ofrezcan visitas dentro del hotel que expliquen la memoria del complejo ferroviario. En palabras de Sánchez, “Barceló está teniendo gran sensibilidad con la historia de la Estación”.
No obstante, este no es el primer alojamiento que se construye en el edificio de la estación. Durante los años en los que funcionó la conexión de trenes entre España y Francia, existió un hotel internacional en las plantas superiores de la edificación. Sus aposentos hospedaron a multitud de viajeros que hacían una parada en su viaje del país galo a la Península Ibérica, o viceversa.
Con el objetivo de rememorar estos característicos hechos, el Royal Hideaway va a recuperar el ambiente ferroviario que una vez tuvo este lugar. La decoración del hotel simulará el interior de un tren y las vestimentas de los trabajadores también tendrán motivos ferroviarios. Además, el alcalde adelanta que se están rehabilitando dos vagones de ferrocarril originales, que serán expuestos para la visita del público.
En el pueblo de Canfranc se palpa un clima de entusiasmo. Según comenta uno de los habitantes de esta localidad, todos los vecinos tienen un gran cariño a la estación, por lo que aguardan con curiosidad. Asimismo, observan alegremente la repercusión que el próximo establecimiento está teniendo en los medios de comunicación. Se espera que sea un gran impulso para el turismo, principal motor económico de la zona. Además, el hotel va a crear 150 puestos de trabajo fijos. Se trata de una de las numerosas ganancias relatadas por el alcalde canfranero, quien añade que la nueva empresa atraerá a trabajadores de fuera, que se alojarán en Canfranc y sus alrededores. Confía en que supondrá un aumento del número de habitantes en la zona y del consumo en negocios locales.
Antes de la rehabilitación de la estación, el edificio se encontraba en desuso y muy deteriorado por el paso del tiempo, incluso existía riesgo de colapso de la estructura. Los vecinos aplauden su transformación en un hotel, aunque uno de ellos reconoce que hubiera preferido que, al menos una parte de la edificación, se hubiera conservado en su forma original. El vestíbulo de la estación y los andenes de tren se han mantenido durante la obra y, en la actualidad, están abiertos para la visita del público.