Follarasca, la Feria de Otoño de los Pirineos, ha cerrado su quinta edición en Aínsa, donde se ha zanjado con una buena afluencia de público a la carpa instalada en el patio del Castillo.
Talleres para público familiar, una merienda saludable y más de una veintena de puestos de venta han servido de punto de encuentro entre consumidores y productores locales. Turrones, pan y repostería de Naval, nueces de Gurrea de Gállego, Cosmética de Labuerda, y manzanas, zumo y mermeladas de Aínsa han podido ser adquiridos desde las once de la mañana hasta última hora de la tarde.
Se han desarrollado actividades y demostraciones que han permitido dinamizar el espacio, junto a la exposición de aperos apícolas y el concurso de Gallina de Sobrarbe, que ha cumplido su tercera edición promovida por la la Asociación de Gallina del Sobrarbe.
La edil Susana Pérez, coordinadora de Follarasca, ha expresado su satisfacción por la respuesta y por el tiempo. Calcula que alrededor de 3.500 personas han pasado por esta feria en la que se ha producido a la vista de todos zumo de manzana y harina en ecológico, además de láminas de cera de abeja.
“La feria se va afianzando”, continúa Pérez. “Recordamos que nació en 2019 con el objetivo de crear un espacio de encuentro entre consumidores y productores agroecológicos y de cercanía. A día de hoy podemos confirmar que se ha convertido en una cita esperada. Las ventas han ido muy bien y los talleres a modo de cierre en colaboración con el Huerto Escolar y el Consejo de la Infancia y la Juventud han sido un éxito”, concluye.
La gran novedad ha sido un preámbulo de cine y debate sobre el sector primario en colaboración con la Red de Municipios por la Agroecología. El coordinador de la Red, Jorge Molero, explicaba que a pesar de los problemas en el medio rural (contaminación, uso de pesticidas o pérdida de biodiversidad), “los documentales que vimos demuestran que desde la agroecología hay muchas opciones para el adecuado desarrollo de los territorios. Eso es lo que tratamos de transmitir desde la Red”.
Molero asegura que Aínsa-Sobrarbe está muy sensibilizado en ese aspecto. “En el debate posterior incidimos en la necesidad de que sea la propia ciudadanía quien tome las riendas, se implique y contribuya, con el apoyo de sus ayuntamientos, a la transformación de la vida de las personas”. La Red de Municipios por la Agroecología, de la que Aínsa ostenta la presidencia, ha participado, además, con un puesto informativo dentro de la carpa.
Follarasca se celebra en Aínsa desde 2019 con la colaboración de la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos (FCQ), la asociación de hortelanos Arto-Un Paso Atrás, Turismo Verde Huesca, la Asociación Altoaragonesa de Selección de la Abeja Negra (ASAN) y el Ayuntamiento de Aínsa-Sobrarbe. Nació como parte del proyecto de cooperación Pro-Sobrarbe, y se ha mantenido para continuar dando visibilidad a los productores locales, poner en valor los métodos de trabajo tradicionales y engrosar el calendario ferial del municipio.
Enrique Pueyo considera que “el sector primario es un eje estratégico transversal que vincula a los habitantes del territorio con los viajeros que nos visitan. Su labor se traduce en una mejor alimentación para quienes aquí vivimos, en la generación de puestos de trabajo y en el mantenimiento de nuestra biodiversidad, al mismo tiempo que aporta un extra de calidad y se posiciona como el complemento ideal para nuestro modelo turístico”.